La Maldición de Enki
En la epopeya de Enmerkar y el Señor de Aratta, en un discurso de Enmerkar, se pronuncia un encantamiento que tiene una introducción
mítica:
En aquellos días no había ninguna serpiente,
No había ningún escorpión,
No había hiena, no había león;
No había perro salvaje ni lobo;
No había miedo ni terror:
El hombre no tenía adversario.
En aquellos días en los países de Shubur y de Hamazi,
Sumer, donde se hablan tantas lenguas,
El gran país de las leyes divinas de principado,
Uri, el país que tenía todo lo necesario,
El país de Martu, que descansaba en la seguridad,
El Cielo y la Tierra todo, las gentes al unísono,
En una sola lengua ensalzaban a Enlil.
Pero entonces, el Padre-señor, el Padre-príncipe, el Padre rey,
Enki, el Padre-señor, el Padre-príncipe, el Padre-rey,
El Padre-señor enojado, el Padre-príncipe enojado, el Padre-rey enojado...
Abundancia... El hombre..."
Desgraciadamente el texto esta fragmentado y no se conservan todas las líneas de este épico escrito, pero podemos rescatar que nos habla
del enfado o envidia que Enki sentía por el enorme poder de su hermano Enlil, así que, decide arruinar su imperio creando conflictos
y guerras para terminar con su edad de oro.