Takemikazuchi (Mitología Japonesa)

Cuenta el Kojiki, que durante el nacimiento de la deidad del fuego Kagutsuchi, Izanagi tuvo que cortar su cabeza para intentar que dejara de consumir a Izanami. La sangre corrió por su espada Totsuka-no-Tsurugi y salpicó las rocas, dando a luz a varias deidades. La sangre de la punta de la espada engendró una triada de deidades, y la sangre de cerca de la base de la hoja produjo otra triada que incluía a Takemikazuchi.

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Cuando los dioses del Takamagahara contemplaron la posibilidad y decidieron conquistar el mundo terrestre conocido como Ashihara-no-Nakatsu-kuni, “País del Medio”, Takemikazuchi era uno de los principales delegados enviados a subyugar a los kuni-tsu-kami, las deidades terrestres. Sin embargo, Amaterasu decreto que Takemikazuchi y su padre no debían ser enviados a la conquista, entonces Itsu-no-ohabari, pidió que al menos su hijo pudiera acompañar al kami Ame-no-torifune y su petición fue complacida.

Las dos deidades llegaron a la tierra de Izumo en un lugar llamado "la pequeña orilla de Izasa”. Takemikazuchi clavo su espada Totsuka al revés en la cresta de la ola y se sentó encima de ella, mientras le exigía al dios local Ōkuninushi, que renunciara a la Provincia de Izumo y la cediera a ellos. Ōkuninushi respondió que aplazaría la decisión para hablarlo con sus hijos deidades, y seguiría su ejemplo en su consejo. Uno de ellos, Kotoshironushi, también conocido como Yae-Kotoshironushi, quien había estado pescando, fue fácilmente persuadido de perder su autoridad y retirarse a la reclusión.

El otro, Takeminakata, no concedería sin probar sus hazañas de fuerza contra Takemikazuchi. Cuando el retador agarró la mano de Takemikazuchi, se convirtió en un trozo de hielo y luego en una espada, haciéndole encogerse, Takemikazuchi entonces agarró la mano de Takeminakata, aplastándola como una lengüeta. Entonces Takeminakata intento escapar, pero fue perseguido hacia el mar, en donde pidió clemencia por su vida, prometiendo mantenerse exiliado en esa región. Este legendario combate mano a mano entre las dos deidades es considerado el origen mítico del sumo.

La espada de Takemikazuchi ayudó a Jinmu, el primer emperador de Japón, en su conquista del este. En la región de Kumano, el emperador y sus tropas fueron atormentados por la aparición de un oso y gravemente debilitados por los vapores de veneno emitidos por los dioses locales. Un hombre llamado Takakuraji apareció con un regalo para el emperador, se trataba de la espada de Takemikazuchi, Jinmu la tomo y apenas blandió el arma, las deidades malvadas de Kumano fueron cortadas espontáneamente. El emperador pregunto a Takakuraji de donde había sacado la espada, a lo que este procedió a explicarle que había tenido una visión, en ella, Amaterasu estaba a punto de mandar a Takemikazuchi a descender a la tierra una vez más para pacificar las tierras, esta vez para ayudar al emperador.

Sin embargo, Takemikazuchi respondió que sería suficiente con enviar su espada, aquella que utilizó durante sus campañas, así que la hizo descender y la deposito junto a Takakuraji, ofreciéndola al hombre para presentarla ante el emperador. Esta espada llevaba los nombres de Futsu-no-mitama, Saji-futsu-no-kami y Mika-futsu-no-kami.

No existe una representación clara de Takemikazuchi, pero se cree que el dios tiene el aspecto de un ronin, pero con ropas hermosas y cargando su espada Totsuka.

Takemikazuchi es un espadachín incomparable, solo las deidades más poderosas pueden hacerle frente en un combate de espadas. Su velocidad y fuerza son divinas, tiene una espada capaz de cortar instantáneamente a otras deidades y posee el poder del trueno y el rayo, poder con el que pude puede infundir su espada.