En la mitología china, Nezha es una deidad guerrera venerada en el taoísmo y el budismo chino. Es conocido como (Zhōng Tán Yuán Shuài) el Mariscal del Altar Central y es una figura semidivina que protege los cielos y lucha contra el mal.
Se le considera una deidad menor o un inmortal, pero con un estatus elevado debido a su valentía y poder. Se le venera como protector de los templos, los ejércitos y, en la actualidad, de los conductores y comerciantes.
Su historia se narra en el Fengshen Yanyi (La Investidura de los Dioses), donde lucha contra tiranos, demonios y hasta contra los Reyes Dragón. Su rebeldía lo llevó a enfrentarse incluso con su padre, lo que lo obligó a sacrificarse y reencarnar con un cuerpo creado por el maestro inmortal Taiyi Zhenren.
Se cuenta que durante la dinastía Shang, en el reino de Chentangguan, gobernaba un comandante militar llamado Li Jing. Su esposa, Lady Yin, quedó embarazada, pero en lugar de dar a luz en los nueve meses habituales, su embarazo se prolongó tres años y seis meses. Este fenómeno era visto como una señal de mal augurio, por lo que Li Jing temía que su hijo fuera un demonio o un espíritu maligno.
Cuando finalmente llegó el momento del parto, Lady Yin no dio a luz de manera convencional, sino que de su vientre emergió una enorme esfera de carne roja y brillante. Horrorizado, Li Jing pensó que era una aberración y desenvainó su espada para destruirla. Sin embargo, cuando cortó la esfera, de su interior surgió un niño completamente formado y radiante de energía espiritual.
El recién nacido no era un niño ordinario: tenía la capacidad de hablar y caminar desde el primer momento, además de poseer una extraordinaria fuerza. En su muñeca derecha llevaba un brazalete de oro conocido como (Qiánkūn Quān) el Anillo Cósmico, y en su tobillo izquierdo, un Cinturón de Seda Rojo, ambos artefactos místicos que le conferían grandes poderes.
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Este nacimiento sobrenatural despertó el interés de un poderoso inmortal taoísta, el sabio Taiyi Zhenren, quien reconoció en Nezha un destino heroico. El sabio tomó al niño bajo su tutela y le enseñó artes marciales, técnicas místicas y el uso de sus armas divinas.
Un día, la sequía azoto las tierras del paso Chentang, la comida y el agua escaseaban y la muerte comenzaba a rondar el lugar, por ello sus habitantes comenzaron a implorar y ofrendar comida a Ao Guang, el Rey Dragón del mar oriental, pero el rey rechazó la comida y pidió a cambio jóvenes como sacrificio, no obstante, la gente rechazo su petición, así que Ao Kuang envió a uno de sus subordinados a capturar a dos jóvenes para comer.
Nezha había crecido con un espíritu rebelde y aventurero. Y ese día, mientras jugaba en la orilla del mar, vio a varios niños de su aldea siendo atacados por las criaturas marinas del Rey Dragón. Nezha, indignado, luchó contra los monstruos y los derrotó con facilidad, llamando la atención del Rey Dragón, quien envió a su hijo, el príncipe Ao Bing, para castigar al niño.
Cuando Ao Bing llegó para reprender a Nezha, se desató un feroz combate. Aunque el príncipe dragón poseía un gran poder, Nezha demostró ser un guerrero excepcional y, usando su Anillo Cósmico, derrotó y elimino a Ao Bing, arrancándole la espina dorsal para usarla como arma.
La muerte de su hijo enfureció al Rey Dragón, quien ascendió al Palacio Celestial del Emperador de Jade para exigir justicia. El Emperador Celestial le concedió el derecho de castigar a Nezha y envió un ejército de soldados celestiales para capturarlo.
En lugar de rendirse, Nezha luchó contra las fuerzas celestiales y las derrotó. Sin embargo, cuando el Rey Dragón amenazó con inundar la aldea de Chentangguan como represalia, Nezha comprendió que su familia y su pueblo sufrirían por sus actos. Para expiar su culpa y salvar a su familia, Nezha tomó una drástica decisión:
Nezha regresó a casa y se despidió de su madre con tristeza. Luego, se arrodilló ante un altar improvisado y, con su propia espada, se quitó la piel y los músculos para devolverlos a su madre, y los huesos a su padre, proclamando que con su sacrificio pagaba por sus pecados.
Al ver a su hijo, Li Jing, lejos de sentir pena, se sintió aliviado de haberse librado de su problemático hijo. Sin embargo, la madre de Nezha lloró desconsolada por su pérdida. Por su parte, el rey dragón estaba satisfecho y realizo una gran celebración por su victoria.
Tiempo después, el espíritu de Nezha se presentó ante su madre en un sueño, en este le pidió que le construyera un templo para que su alma pudiera descansar, entonces su madre se dispuso a erigir un recinto a su hijo en secreto, sin embargo, seria descubierto por Li Jing, quien lo quemó porque aún estaba enfadado con Nezha y sintió que ya le había causado muchos problemas a su familia.
Furioso, el espíritu de Nezha vagó por el mundo en busca de venganza y justicia. Su maestro, Taiyi Zhenren, conmovido por su determinación, decidió ayudarlo a regresar a la vida. Reuniendo materiales sagrados, forjó un nuevo cuerpo para él a partir de las raíces de unos lotos celestiales y lo resucitó, otorgándole aún más poder del que tenía antes. Además, le entrego dos nuevas armas: "las ruedas de fuego ventoso" y "la lanza de punta de fuego".
Nezha, ahora con su nuevo cuerpo, regresó a Chentangguan y exigió que su padre lo reconociera. Sin embargo, Li Jing, temeroso de su hijo y lleno de odio, lo rechazó y trató de eliminarlo una vez más. Esto llevó a Nezha a enfrentarse a su propio padre en una batalla feroz.
La disputa entre ambos se volvió legendaria y se menciona en muchas versiones del mito. Nezha ataco a Li Jing con furia, usando su lanza de fuego y sus ruedas para perseguirlo. Li Jing intento defenderse con su espada, pero fue superado rápidamente por la velocidad y el poder de su hijo. Su cuerpo mortal no era rival para el poder divino de Nezha y no encontró más remedio que correr por su vida.
Mientras escapaba se encontró con su segundo hijo, Muzha, quien remplazo a su exhausto padre en la batalla, este luchó ferozmente, pero fue derrotado rápidamente por Nezha. Para defenderse, Li Jing invoco la Torre Dorada, que era capaz de crecer hasta un tamaño gigantesco. La torre comenzó a lanzar rayos de energía contra Nezha, los cuales eran repelidos con sus cintas cósmicas y su lanza, pero la torre demostró ser un obstáculo formidable. A pesar del poder de la torre, Nezha no se rindió. Uso su agilidad y sus habilidades mágicas para esquivar los ataques y contraatacar con sus propias armas.
Al paso del tiempo, la batalla se volvía cada vez más intensa, con destellos de luz y explosiones de energía que iluminan el cielo. La batalla llego a un punto crítico cuando Nezha, en un arrebato de furia, estuvo a punto destruir la Torre Dorada y acabar con su padre. Sin embargo, en ese momento, intervinieron dos seres celestiales, Wenshu Guangfa Tianzun, uno de los tres grandes inmortales, detuvo el ataque de Nezha y, mientras este lo distraía, el dios Randeng Daoren escupió en la espada de Li Jing para infundirle poder y así por fin seria rival para Nezha.
No obstante, este último se percató de las intenciones del dios, así que se libró velozmente del inmortal y ataco a la deidad, pero Daoren anularía su ataque con un enorme loto blanco, y, aunque, Nezha persistió atacando una vez más, los celestiales comenzaron a hablarle. Los dioses explicaron a Nezha que su padre había actuado por el bien de la familia y que el sacrificio de Nezha había sido un acto heroico.
Li Jing, por su parte, reconoció el dolor que causó a su hijo y pidió perdón. Finalmente, Nezha decidió perdonar a su padre, y ambos se reconciliaron. Con la paz restablecida, Nezha se convirtió en un protector de su familia y de la humanidad, mientras que Li Jing aprendió a valorar y respetar a su hijo.
Nezha también aparecería como un personaje central en la novela clásica Fengshen Yanyi, "La Investidura de los Dioses", un conflicto épico entre los inmortales taoístas y los espíritus demoníacos.
Se cuenta que la dinastía Shang, estaba gobernada por el cruel rey Zhou Wáng, y que se había vuelto corrupta y estaba dominada por la malvada concubina Daji, un espíritu demoníaco disfrazado de mujer. Su reinado desató el caos en el mundo mortal y perturbó el orden celestial, por lo que el Emperador de Jade y los dioses taoístas decidieron intervenir.
El sabio Jiang Ziya, discípulo del Maestro Supremo Yuanshi Tianzun, fue elegido para liderar la campaña contra los Shang y seleccionar a los nuevos dioses del panteón celestial. Nezha, ya resucitado con su nuevo cuerpo hecho de lotos celestiales, se unió al bando de los dioses para luchar contra los seguidores del rey Zhou.
Cuando Jiang Ziya comenzó su campaña para derrocar a la dinastía Shang, el rey Zhou envió a poderosos guerreros y magos para detenerlo. Nezha, junto con otros héroes como Yang Jian y Lei Zhenzi se enfrentó a estos enemigos en una serie de batallas espectaculares.
Uno de sus primeros oponentes fue el general Shen Gongbao, un inmortal taoísta que traicionó a los dioses para unirse al bando de los Shang. Shen Gongbao convocó a los Cuatro Reyes Demonios, quienes poseían habilidades sobrenaturales. Nezha se enfrentó a ellos en combate y los derrotó uno por uno, utilizando su Anillo Cósmico y su Lanza de Fuego.
Uno de los momentos más tensos en la guerra ocurrió cuando Nezha fue enviado a atacar una fortaleza controlada por su propio padre, Li Jing, quien servía a la dinastía Shang. Esta historia, podemos tomarla como una versión alternativa del desenlace de la narrativa original, pues todo se mantiene igual hasta la vuelta a la vida de Nezha. Aquí a pesar de que Nezha había muerto y resucitado con un nuevo cuerpo, su padre todavía lo veía como una amenaza y trató de detenerlo.
El enfrentamiento entre padre e hijo fue feroz, ya que Li Jing, aunque inferior en poder, tenía la ayuda de sus seguidores. Sin embargo, antes de que Nezha pudiera acabar con él, el sabio taoísta Wen Zhong intervino y detuvo la batalla.
Como resultado, Jiang Ziya convenció a Li Jing de cambiar de bando y unirse a los Zhou. De modo que, más tarde, Li Jing sería nombrado el Rey Celestial portador del Pagoda de la Torre Dorada, sirviendo como un guardián del cielo junto a su hijo.
Durante la guerra, los Reyes Dragón de los Cuatro Mares, aliados de los Shang, intentaron inundar los territorios leales a los Zhou. Nezha, recordando su antigua enemistad con el Rey Dragón del Este, Ao Guang, lideró una ofensiva contra los espíritus acuáticos. Usando su Cinturón de Seda Roja, Nezha logró atrapar a los generales acuáticos y los obligó a retirarse.
También desafió a los Reyes Dragón en combate directo, lo que llevó a una feroz batalla en la que destruyó parte de sus palacios submarinos. Tras su derrota, los Reyes Dragón rompieron su alianza con los Shang y se retiraron.
Uno de los enfrentamientos más impactantes de la guerra fue el combate entre Nezha y Yang Jian (Erlang Shen). Aunque ambos luchaban del mismo lado, inicialmente desconfiaban el uno del otro y terminaron enfrentándose en un duelo épico.
El combate entre Nezha y Yang Jian fue parejo, ya que ambos poseían habilidades sobrehumanas y armas místicas. La pelea duró días, pero finalmente Jiang Ziya intervino y los obligó a hacer las paces, reconociendo que ambos eran esenciales para la victoria de los dioses.
En la batalla final contra el ejército Shang, Nezha luchó contra los últimos guerreros demoníacos del rey Zhou, incluyendo al temible Demonio de los Seis Brazos y al gigante Wang Mo. Durante esta batalla, Nezha desplegó todo su poder, invocando su Rueda de Viento y Fuego para moverse a velocidades inigualables y atacar con furia.
Con la derrota del rey Zhou y la caída de la dinastía Shang, Jiang Ziya llevó a cabo la Investidura de los Dioses, asignando títulos divinos a los héroes y guerreros que habían luchado en la guerra. Nezha fue elevado al rango de Mariscal del Altar Central y se convirtió en un protector de los templos taoístas y un guardián de los cielos. Desde entonces, se le venera como un dios de la guerra, la juventud y la valentía, y su culto se extendió por toda China.
Nezha también aparece en El Viaje al Oeste. En esta historia, es un importante general celestial que se enfrenta al Rey Mono, Sun Wukong, en una de las batallas más icónicas de la novela.
Cuando Sun Wukong, obtiene poderes divinos y se autoproclama Qítiān Dàshèng ("Gran Sabio, Igual al Cielo"), desafía la autoridad celestial al negarse a someterse al gobierno del Emperador de Jade. En respuesta, los dioses envían a varios guerreros para capturarlo, y uno de los primeros en enfrentarse a él es Nezha. La batalla entre Nezha y Sun Wukong es feroz, ya que ambos son poderosos guerreros con habilidades sobrenaturales. Sin embargo, Sun Wukong, logra resistir todos los ataques de Nezha. Incluso logra burlarse de él, demostrando que sus habilidades son superiores.
Después de una larga batalla sin un vencedor claro, Nezha se ve obligado a retirarse y el Cielo decide enviar refuerzos. Finalmente, Sun Wukong solo es capturado cuando Buda interviene personalmente y lo encierra bajo la Montaña de los Cinco Elementos durante 500 años.
Después de la derrota de Sun Wukong, Nezha sigue sirviendo como uno de los generales celestiales del Emperador de Jade. Su papel en El Viaje al Oeste no termina con su enfrentamiento contra el Rey Mono, ya que más adelante aparece en varias ocasiones, ayudando a las fuerzas celestiales a mantener el orden en el universo.
Cuando Sun Wukong es liberado y se convierte en el protector del monje Tang Sanzang en su viaje a la India para recuperar los sutras budistas, Nezha aparece varias veces para enfrentar a demonios y espíritus malignos que intentan detenerlos. Aunque no se une directamente a la expedición, a veces es enviado por el Cielo para prestar ayuda en momentos críticos.