Nagas (Mitología Hindú)

Se cuenta que el sabio Kashiapa tenía dos esposas, Kadru y Vinata. La primera quería tener muchos hijos, y la segunda quería tener pocos, pero muy poderosos. El sabio cumplió el deseo de ambas mujeres. Kadru puso mil huevos, de los que al poco tiempo emergieron los Naga. Mientras que, Vinata puso solo dos huevos que tardarían mucho tiempo en eclosionar, pero al final, de ellos nacieron Aruna, el auriga de Suria y el poderoso Garuda.

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Debido a una apuesta, Vinata se convirtió en esclava de Kadru y sus hijos antes de que Garuda naciera, teniendo que cumplir todas las ordenes de las serpientes. Tiempo después de la eclosión del huevo de Garuda, el hombre pájaro se enteró del cautiverio de su madre, deseoso de liberarla, Garuda pregunto a los Naga que querían a cambio de la libertad de Vinata, a lo que las serpientes le respondieron que solo la liberarían si les entregaba amrita, el elixir de la inmortalidad.

Garuda logro robar el elixir de los dioses y se lo llevo a las serpientes, con lo que cumplió con la orden, pero al mismo tiempo, mediante un plan con el dios Indra, evitó que lo repartieran y obtuvieran la inmortalidad. Desde ese momento, Garuda se convirtió en su enemigo jurado y en su depredador, pues Indra le entrego potestad sobre su carne de serpiente.

Para ganar la apuesta contra Vinata, Kadru pidió ayuda a sus hijos en un principio, no obstante, estos se negaron a ayudarla, por lo que su madre molesta los maldijo para que murieran en un sacrificio, el cual sería llevado a cabo por el rey Yanam Eyaia a principios de la era Kali yuga. Para su suerte aún faltaban millones de años para este, cosa que el Naga Vasuki aprovecho para prepararse.

Vasuki busco al asceta Yárat Karu y le ofreció a su hermana en matrimonio. De la unión de ambos nació Astika, quien se convirtió en un sabio y en el futuro logro detener el sacrificio.

Dentro del Majabhárata, los Nagas son vistos como seres negativos. El texto los llama “perseguidores de todas las criaturas” y dice de ellos lo siguiente: “las serpientes tenían veneno virulento, gran poder y exceso de fuerza y siempre intentaban morder a otras criaturas”. Aquí se les retrata como seres cuyo aspecto es una mezcla de humano y serpiente, aunque, también pueden adaptar cualquiera de los dos aspectos al completo.

En uno de los pasajes del texto, hay una historia que cuenta cómo el príncipe Naga Shesha terminó sosteniendo al mundo sobre sus capuchas. Esta comienza mostrando a Shesha como un dedicado asceta humano, “con el cabello recogido con un rodete, la ropa hecha jirones, y su carne y piel seca debido a las austeridades que estaba practicando”.

El dios Brahmá queda complacido con Shesha, y le encarga sostener el mundo sobre su cabeza. En este punto, Shesha pasa a tener los atributos de una serpiente, pues entra por un agujero en la Tierra y se desliza hasta el fondo, donde carga la Tierra sobre su cabeza.

Entre los Nagas más importantes se cuentan Manasá, Shesha, Vasuki y Takshaka. Estos últimos tres lograron obtener el título de Nagaraja, “rey de los Nagas”. No obstante, seria Shesha, quien se convertiría en el más poderoso y famoso de todos, tras convertirse en el devoto compañero de Vishnu.

Como ya mencionamos, los Naga tienen el aspecto de criaturas mitad serpiente y mitad hombre. Principalmente, su aspecto se asemeja al de las cobras humanoides, pero también pueden tomar la forma completa de una serpiente o la apariencia de una persona común y corriente. Sus lenguas están bifurcadas tras cortárselas intentando lamer el amrita, luego de que Garuda e Indra los engañaran.

Los Naga son mayormente criaturas semi divinas, con fuerza y agilidad sobre humana. Poseen una inmortalidad incompleta, pues tienen que cambiar su piel para seguir viviendo. Además, disponen de un veneno mortal.