Nergal (Mitología Mesopotámica)

Nacimiento de Nergal

Según la leyenda, el nacimiento de Nergal fue un hecho desastroso, pues no fue fruto del amor, si no de la violencia, ya que, Enlil tomo por la fuerza a Ninlil, a quien sometió para obligarla a yacer con él.

Se dice que hace mucho tiempo los dioses deseaban reunirse todos juntos a celebrar un banquete, desgraciadamente, parecía una tarea por demás imposible, pues para reunirse los dioses celestes tendrían que abandonar su lugar en el cielo para bajar al inframundo o las deidades del inframundo dejar su dominio bajo tierra para subir al cielo, cualquiera de estas acciones alteraría el orden cósmico y llevaría el caos a ambos reinos.

Como solución, los dioses del cielo decidieron enviar un mensajero al inframundo para invitar a Ereshkigal, pero esta no asistiría al banquete, sino que debería enviar a un representante para que tomara la comida divina que le correspondía, todo esto con el fin de que ella pudiera quedarse a mantener el orden en el inframundo mientras los demás dioses residían en el cielo. La diosa de los muertos eligió a Namtar, su ministro, como su representante, así que, este ascendió por la larga escalera al cielo para presentarse ante los dioses, a su llegada, los demás dioses presentaron su respeto a la diosa de la muerte poniéndose de pie y luego arrodillándose ante Namtar, no obstante, Nergal se quedó sentado, pues despreciaba a Namtar.

La actitud de Nergal fue tomada como una ofensa, por lo que, los dioses concordaron que debía ser castigado, pero Enki intervino para defenderlo, logrando que el castigo quedara en una mera disculpa, por ello, Nergal fue enviado al inframundo para pedir perdón a la diosa, pero antes de partir fue instruido por Enki, el dios le advirtió que durante su estancia en el inframundo no debía aceptar asiento en el mundo de los muertos, no debía comer alimento ni tomar bebida alguna, no debía lavarse los pies y por sobre todas las cosas, debía resistirse a la tentación de unirse a Ereshkigal por más bella que esta fuera.

Una vez advertido, Nergal se adentró en el submundo acompañado por seis escorpiones, representantes de sus plagas, que cargaban un trono hecho de madera, como presente para la diosa de la muerte. Nergal atravesó las siete puertas del inframundo y se presentó ante Ereshkigal, al verlo, la diosa se sintió atraída por Nergal de inmediato, así que, le ofreció un asiento junto a ella, pero el dios se rehusó a ocuparlo. Luego la diosa ordeno traerle comida y bebida, pero también las rechazo, entonces se ofreció a lavarle los pies, pero una vez más Nergal se negó.

Ante la negativa del dios, Ereshkigal fue a bañarse y permitió que Nergal viera por un instante su cuerpo desnudo, lo que hizo que Nergal se llenara de deseo, el dios intento reprimir sus ganas, pero una vez que la diosa se dejó ver nuevamente no pudo resistirse y cedió al impulso. Los dioses se amaron durante seis días, pero al séptimo día Nergal se levantó del lecho, dejando a su amante dormida y atravesando las siete puertas del inframundo para volver al cielo antes de que la diosa se diera cuenta de su ausencia. Cuando Ereshkigal por fin despertó y se dio cuenta que su amado no estaba a su lado, esta comenzó a buscarlo, entonces Namtar le dijo que se había marchado, al oír la noticia, Ereshkigal quedó devastada y lloro amargamente al pie de su trono.

Namtar subió al cielo una vez más para buscar al amado de su diosa, pero Nergal ya se había adelantado, pues pidió a Enki que le ayudara a cambiar su apariencia mediante un hechizo. Al no poder reconocer al dios, Namtar regreso al inframundo con las manos vacías, diciendo que no había encontrado a Nergal, pero en su lugar encontró a un dios menor sin corona que pestañeaba constantemente, razón por la que lo descarto, pues se consideraba un acto indigno de un dios importante.

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Namtar había sido engañado por Nergal, pero Ereshkigal descubrió su truco, y enfureció tanto que decidió amenazar a los dioses del cielo, enviaría a todos los habitantes de su reino a la tierra hasta que el número de muertos superara al de los vivos, si no enviaban a su amado de regreso a su reino, entonces Nergal se dirigió al inframundo, rompió las siete puertas y entro en el palacio de Ereshkigal, se acercó hasta la diosa y con furia la tomo de los cabellos, alzándola por encima de su trono para decapitarla. Pero antes Ereshkigal le declaro su amor y le ofreció compartir su reino con él como su consorte. Nergal no podía creer lo que estaba escuchando, pero conmovido por su amor acepto y desde entonces gobernaron juntos el inframundo.

El templo principal de Nergal y recinto de su culto estaba en Cutah, bajo el nombre de Meslam, donde el dios era conocido como Meslamtaeda, "el que se levanta de Meslam", la Casa del Guerrero del Más Allá. Entre los hurritas y los hititas, a Nergal se le conocía como Aplu, nombre que derivaba del acadio Apal Enlil, que significa "el hijo de Enlil".

Debido a su señoría sobre el desierto, la plaga y los muertos, y ser considerado como aspectos negativos del sol y el inframundo, desde la aparición de la religión judía, se incluyo a Nergal en la lista de demonios de su religión, llegando incluso a ser identificado con Satán.

Nergal es representado como un hombre alto y fornido, de aspecto serio e incluso violento. Se le ve portando una cimitarra, maza o hacha, pero siempre coronada por dos cabezas de león, también se le solía asociar y representar con la forma de un enorme toro o león negro. La mayoría de los pueblos lo mostraban siempre junto a su esposa en el inframundo.

El dios Nergal es regente del inframundo y como tal posee poder sobre los muertos y sus almas, de manera que posee un ejército casi innumerable a su disposición. Nergal también es dios de la plaga y como tal puede desatar terribles enfermedades y calamidades sobre el mundo que pueden exterminar las cosechas y acabar con las vidas de innumerables seres vivos. Por si fuera poco, tiene una fuerza descomunal capaz de hacer añicos el inframundo y posee un arma de inmenso poder mágico con la que puede aplastar o decapitar a sus enemigos.