Gothmog (Tolkien)

Originalmente, Gothmog era uno de los Maia, solo Arien, la dama del fuego y el Sol, era más poderosa entre los espíritus de fuego. Desgraciadamente, Gothmog fue corrompido por Morgoth y se unió a su bando para rebelarse contra los Valar.

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La crueldad de Gothmog era legendaria, se decía que está no tenía limites, y provocaba tanto terror, que se le llego a considerar como un verdadero demonio. Se le vinculaba con la oscuridad y con su perversa forma. La reputación de Gothmog como guerrero era tan grande, que él mismo Melkor le otorgo una hueste de demonios menores para que los dirigiera a voluntad.

Durante la Primera Edad del Sol presentó Batalla en contra de los elfos Noldor y fue uno de sus más feroces enemigos. Gothmog hizo su primera aparición frente a las puertas de Angband, donde en la segunda de las Batallas de Beleriand, rodio en compañía de los otros Balrogs al entonces Rey Supremo de los Noldor, Fëanor, quien lucho con valentía, pero cansado y herido tras varios días de lucha, fue incapaz de defenderse del ataque de todos los Balrogs. Fue así como murió Fëanor, el más poderoso entre todos los elfos.

En la Quinta Batalla, Nírnaeth Arnoediad (la Batalla de las Lágrimas Innumerables), logro acabar con Fingon, otro de los Altos Reyes de los Noldor, y capturó a Húrin, señor de los hombres, quien fue llevado a Angband.

En el año 511 de la Primera Edad mandó a sus terribles ejércitos hacia la gran batalla que culminó con la Caída de Gondolin. En el asalto a la Ciudad Escondida, Gothmog se rodeaba de una guardia personal formada por trolls, una hueste de Balrogs y legiones de dragones y orcos con los que consiguió derrotar a los defensores del último reino de los Noldor.

Mientras la ciudad era saqueada, Gothmog estuvo a punto de acabar con la vida de Tuor, pero este fue salvado por Echtelion, Señor de las Fuentes de Gondolin, quien se enfrentó a Gothmog en combate singular. Su batalla fue tan brutal como legendaria, y culmino con la muerte de ambos contrincantes.

Se dice que Gothmog media más de seis metros de altura. Cargaba una enorme hacha con la que luchaba y una gran niebla humeante rodeaba su cuerpo, llegando a ocultarlo por completo.

El señor de los Balrogs era capaz de controlar las llamas a voluntad. Su fuerza y resistencia son descomunales. Es un poderoso guerrero despiadado y brutal, aparte de los Valar y Maia, pocos seres son capaces de enfrentarse a Gothmog, además, tiene a multitud de legiones de orcos, ogros a su disposición.