Volundr (Mitología Nórdica)

Cuenta la Saga de los Völsunga, que Völundr era un herrero famoso por crear joyas y anillos mágicos, no obstante, fue la creación de la espada Balmung, también conocida como Gram o Notung, la que lo volvió realmente conocido.

Era tal la belleza y el resplandor de la espada, que fue tomado por Odín, para clavarla en el árbol Branstock, de donde solo el elegido podría reclamarla.

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Por su parte, La Balada de Völundr cuenta que él y sus hermanos, Slagfinns y Egil, tomaron como esposas a unas valquirias que también eran doncellas cisnes. Völundr tomo como esposa a Hervör, hija de Kjar, a quien apodaban como "Alvitr", "la más sabia". Las mujeres permanecieron felices junto a sus maridos por un tiempo, pero terminaron abandonándolos. Así dice el poema en su tercera estrofa:

“Permanecieron allí por siete inviernos, todo el octavo guardaron sus deseos, pero al noveno necesitaron separarse; extrañaban las doncellas la oscuridad del bosque, y Alvitr, la más joven, quería hacer suyo su destino”.

Slagfinns y Egil partieron hacia el sur y el oeste en una búsqueda infructuosa de sus esposas, mientras que Völundr se quedó en su hogar, "Ulvdalen", "el Valle del Lobo", donde creo gemas, joyas, y setecientos anillos dorados, en la espera del retorno de su esposa.

Desgraciadamente, la fama del orfebre despertó la codicia en otros hombres. Fue así como Níðuðr, el caudillo de los njarar, planeo convertirlo en su esclavo. Espero a que Völundr saliera a cazar, entonces envió a sus hombres a la casa del herrero. Cuando Völundr regreso, se dispuso a contar sus anillos, dándose cuenta de que le hacia falta uno, pensó que su amada Alvitr había regresado y que había elegido ese anillo para ella, cuando en realidad había sido robado. Entonces se quedo dormido, y al despertar se encontró con un terrible escenario, había sido encadenado por los hombres de Níðuðr, quienes luego lo condujeron a la corte de su rey.

Ahí recibió burlas y luego se le mostraron sus tesoros robados, Níðuðr había tomado la espada Gramr para sí y le entrego los anillos a su hija Bodvild. Finalmente fue encerrado en un pequeño islote y le cortaron los ligamentos de las rodillas para que no escapara. Así lo mantendrían creando joyas a la fuerza para la familia real.

Por mucho tiempo, Völundr resistío la humillación que lo consumía, lo único que no podía soportar era ver en la mano de Bodvild el anillo de su esposa Alvitr. Por ello, el herrero preparo su venganza en silencio y con frialdad, mientras hacía incansablemente el trabajo que le ordenaban.

Un día los hijos del rey estaban ansiosos por ver unos anillos que habían encargado, entonces, Völundr les dijo que fueran solos a ver las joyas, cuando estos entraron a su taller se distrajeron viendo los anillos, lo que el herrero aprovecho para decapitarlos. Enseguida creo dos calices de plata con los cráneos de los príncipes y se los regalo al rey, además, con sus ojos, preparo piedras preciosas para la reina; y con sus dientes, un prendedor de regalo para Bodvild. Los demás restos los escondió en la herrería; haciendo creer que los muchachos habían desaparecido.

Finalmente, la princesa se acerca a la isla de Völundr y le pidió que reparara el viejo anillo de Hervör que se había roto. El herrero acepto; pero en lugar de hacer el trabajo acordado, emborracho a Bodvild, para luego doblegarla y dejarla embarazada. No contento con esto, Völundr le conto a Níðuðr con lujo de detalle su venganza mientras volaba hacia el cielo, presumiblemente en alas que él mismo había fabricado para suplir su incapacidad de caminar.

Volundr tenia es representado como un hombre un tanto mayor y de largas barbas, casi siempre en su forja mientras trabaja.

El herrero mágico era capaz de concebir todo tipo de artículos imbuidos con magia y hechizos, a pesar de ser un humano.