En la mitología nórdica, los Hijos de Ivaldi eran un grupo de artesanos, mitad enanos y mitad gigantes. Su habilidad como artesanos era incuestionable, llegando a crear algunos de los más hermosos y poderosos artefactos de los dioses.
Crearon el barco Skidbladnir, la lanza Gungnir y los Cabellos Dorados de Sif, para reemplazar los que Loki había cortado en una de sus travesuras. Luego de la creación de estos objetos, los dioses quedaron maravillados, por ello, Loki quiso sacar provecho del gran trabajo de los enanos. Presumió las habilidades de los Hijos de Ivaldi con el enano Brokkr, a quien aseguro que él y su hermano no serian capaces de crear objetos comparables a los creados por los Hijos de Ivaldi. Fue tal el disgusto del enano que apostaron la cabeza.
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Esta competencia resultó en la creación del jabalí Gullinbursti, del anillo Draupnir y el martillo Mjolnir. Estos fueron juzgados por los dioses, quienes determinaron que eran incluso más maravillosos que los anteriores, de tal manera que se determinó a Brokkr como ganador la apuesta, siendo el y su hermanos Sindri, los únicos capaces de superar a los Hijos de Ivaldi.
Apenas se tiene conocimiento de los enanos Hijos de Ivaldi, pero se cree que, como herreros, portaban herramientas para realizar sus creaciones, aunque, también podían ser vistos cargando armas y cubiertos con armaduras.
Los enanos poseen una enorme resistencia y fuerza superior a la de los humanos. Más específicamente, estos enanos eran extraordinarios herreros y artesanos, capaces de crear poderosos y hermosos artefactos mágicos.