Después, cuando Peleo se enamoró de Tetis pidió consejo a Quirón para encontrar la forma de seducirla
ya que, como todas las nereidas, podía cambiar de forma a su antojo.
Quirón le recomendó que una vez que la tocara no la soltase
y, así, cuando se volvió calamar, la detuvo de un brazo y no la soltó hasta que regresó a su forma de mujer,
con lo cual Peleo pudo estar con ella.
Tras el nacimiento de su hijo Aquiles, Tetis realizo multitud de rituales para dotar a su hijo con la inmortalidad,
sin embargo, estos no fueron del agrado de Peleo, quien le recrimino sus acciones,
pues Tetis provocaba quemaduras en Aquiles para luego curar sus heridas con ambrosía.
Fue por eso que Peleo le arrebató a Aquiles, sin dar tiempo a que Tetis cubriese con el néctar el talón de su hijo.
Peleo entonces le entrego su hijo a Quirón para que lo educara, pero al llegar seguía con el talón quemado,
así que lo primero que hizo el centauro fue tomar el hueso del talón de Dámiso,
un gigante corredor recién fallecido, y con él reemplazo la taba de Aquiles.