Orfeo (Mitología Griega)

Orfeo fue el fruto del amor entre Apolo, dios de la música y Calíope, la más importante de las musas, sería de ambos de quien Orfeo heredaría sus increíbles habilidades musicales. Orfeo paso su juventud junto a su madre y sus ocho hermanas en el monte Parnaso, sería durante uno de estos días que conocería a Apolo, para demostrarle su amor, el dios regalo al joven una hermosa lira de oro fabricada por el dios Hermes con un caparazón de tortuga y le enseño a tocarla de manera sublime. A la par que Orfeo aprendía a tocar su instrumento, también fue instruido por su madre en el canto, pues le enseño a recitar hermosos versos para ser cantados.

Cuando se sintió listo, el joven músico se dedicó a viajar por el mundo y maravillar a todos aquellos que lo escucharan. Se unió a la expedición de los Argonautas, fue un miembro sumamente valioso e indispensable, pues marcaba el ritmo a los remeros y protegía a sus compañeros de las sirenas con su música, cuando Orfeo logro escuchar las voces de las peligrosas criaturas que intentaban atraer a los marineros a su perdición, el músico saco inmediatamente su lira y comenzó a tocarla, sus notas eran tan bellas que ahogaban a los cantos de las sirenas, anulando su encanto y salvando la vida de sus compañeros, quienes lograron resistir solo gracias a Orfeo.

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Después de su viaje en compañía de los Argonautas, Orfeo regresó a su natal Tracia, en este lugar se enamoraría de la ninfa Eurídice, la ninfa correspondería el amor del cantante, pues caería perdidamente enamorada desde el primer momento en que vio y escucho al joven. A la boda invitaron a Himeneo, dios del matrimonio, quien uniría a la pareja en matrimonio. Todo parecía perfecto y nadie esperaría la tragedia, durante la boda, una serpiente venenosa mordió a Eurídice en el talón, las consecuencias serían fatales, pues el veneno del animal arrebato la vida a la hermosa ninfa.

Orfeo quedo devastado e inconsolable, le era imposible imaginar su vida sin ella, así que decidió hacer lo imposible para recuperarla, se dispuso a viajar al mundo de los muertos para rogar al rey del inframundo, Hades y a su esposa Perséfone que le devolvieran a su amada.

Al llegar al rio Aqueronte, se topó con el primer obstáculo de su difícil viaje, debía conseguir que el barquero de los muertos lo aceptara en su barca, sin embargo, este no transportaba a los vivos, por supuesto, Orfeo no se rendiría, así que tomo su lira y deleito a Caronte con su música, este quedo tan extasiado que lo llevo hasta la entrada del inframundo.

Orfeo camino hasta la puerta del reino de los muertos, sin embargo, pasar no sería fácil, pues el portal estaba vigilado por el temible Cerbero, el músico estaba decidido a pasar, así que tomo su lira de nuevo y comenzó a recitar una suave y hermosa melodía a la par que se acercaba a la bestia, el can no se pudo resistir a las notas de Orfeo y sucumbió dormido ante la música.

Orfeo logro llegar hasta el palacio de Hades y una vez ahí rogo al dios y a su esposa que permitieran a su amada regresar junto a él. El rey del inframundo pidió al musico convencerlos, así que Orfeo hizo su música, toco la lira como nunca antes y su canto nunca fue tan sublime, fue tal la belleza de la melodía que todo en el inframundo se detuvo por unos momentos, las almas de los muertos lloraban de gozo, Tántalo dejo de esforzarse por alcanzar las aguas que siempre se le escapaban, la rueda de Ixión se detuvo, los buitres dejaron de picar el hígado de Titis, las hijas de Danao dejaron de llenar sus vasijas, Sísifo descansó sobre una roca, los seres malignos del Tartaro se conmovieron y se ablandaron los corazones de los reyes del submundo.

Una vez que seso la música, Hades permitió a Orfeo llevarse a su amada con una única condición, el musico debía caminar delante de su mujer y no debía mirar atrás hasta que llegaran a la superficie y los rayos del sol bañasen a Eurídice. La pareja atravesó el inframundo tomados de la mano, mientras Orfeo soportaba las ansias por voltear a ver a su esposa, sin importar que temible fuera el monstruo que se toparan o cuan mortal fuera el peligro, nada hizo que el cantante volteara la mirada a su esposa, al llegar a la superficie, Orfeo no pudo soportar más la desesperación, así que, volvió la cabeza para ver a su amada, por desgracia, la luz aun no tocaba por completo su cuerpo y uno de sus pies aún seguía en el camino de los muertos, de manera que su amada Eurídice se desvaneció en el aire ante la incrédula mirada de Orfeo y esta vez sería para siempre.

Tras perder por segunda vez a su amada, intento volver al inframundo una vez más, pero Caronte ya no le permitió subir a su barca a pesar de las melodías que le tocase. Orfeo quedo devastado al darse cuenta que había perdido a Eurídice para siempre, vago a orillas del rio por siete días, pero tras ese tiempo termino volviendo a Tracia donde diversas mujeres y ninfas intentaron enamorarlo, pero todas fueron rechazadas, el talentoso músico se refugió en los montes Ródope y Hemo, donde seguía cantando y tocando su lira, conmovía a los árboles y a los animales, pero las bacantes, seguidoras de Dionisio, se sintieron rechazadas por Orfeo, así que apresaron a los animales que lo acompañaban y a él lo apedrearon, lo despedazaron y esparcieron sus miembros. Su cabeza y lira fueron arrojadas al río Hebro, una serpiente intentaría devorar la cabeza, pero Apolo la convirtió en piedra para salvarla, Dionisio castigaría a las bacantes transformándolas en árboles. A pesar de lo que se podría creer, esta historia no tiene un triste desenlace, pues al morir, el alma de Orfeo por fin se encontró con la de Eurídice y desde ese momento jamás volvieron a separarse.

Orfeo es representado como un hombre de gran belleza, porta una túnica como vestidura y siempre carga con su hermosa lira, se le suele representar cantando y tocando su lira, encantando a humanos y animales con su música o intentando salir del inframundo en compañía de su amada.

Al ser un semi dios Orfeo tiene habilidades físicas sobre humanas, sin embargo, estas no son su fuerte y tampoco suele utilizar la fuerza, pues su verdadero fuerte está en el arte que produce, pues su música es sumamente poderosa, puede domar a las más feroces bestias, mover árboles y rocas, detener el curso de los ríos, hipnotizar personas e incluso conmover a los mismísimos dioses.