Ninfas (Mitología Griega)

Historia y Mitología de las Ninfas

Diferentes de los dioses, las ninfas suelen considerarse espíritus divinos que animan la naturaleza, se representan en obras de arte como hermosas doncellas desnudas o semidesnudas, que aman, cantan y bailan. Se creía que moraban en los árboles, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas. Según el lugar que habiten se las llama Nereidas,​ Oréades​ y Náyades.

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Las ninfas pueden ser divididas en dos grandes clases: La primera abarca a todas aquellas consideradas como un tipo de divinidad inferior asociada al culto de la naturaleza. Encarnaciones visibles de agentes divinos. La segunda clase de ninfas son personificación de tribus, razas y estados, como es el caso de Cirene, la hija del rey de los lápitas.

A su vez, la primera clasificación esta dividida en varias clases que dependen de las diferentes partes de la naturaleza que representan:

Las ninfas de elemento acuático son nombradas en base al cuerpo de agua que representan. Las asociadas al océano son conocidas como Oceánides, hijas de Océano. Las ninfas del mar Mediterráneo son hijas de Nereo, por lo que son llamadas Nereidas. Los ríos eran representados por las Potámides, pero como divinidades locales, eran llamadas según sus ríos, no obstante, las ninfas del agua dulce, ya sea de ríos, lagos, arroyos o pozos, son también designadas por el nombre general de Náyades. Incluso las aguas del inframundo contaban con sus propias ninfas, estas eran conocidas como Nymphae infernae paludis "ninfas del pantano infernal" y las Lámpades o Avernales.

Al presidir sobre las aguas o fuentes, se creía que inspiraban a quienes bebían de ellas y que las propias ninfas estaban dotadas de poderes proféticos con los que inspiraban a los hombres, otorgándoles así el don de la poesía. Sus poderes, sin embargo, variaban en función de la fuente sobre la que presidian, algunas eran capaces de devolver la salud a las personas enfermas, también eran adoradas junto con Dioniso y Deméter como dadoras de vida y bendición a todas las criaturas.

Las ninfas de las montañas y grutas, son llamadas Oréades, pero al igual que las ninfas de agua, a veces también sus nombres son derivados de las montañas concretas que habitaban, como Citerónides, Pelíades, Coricias, y demás.

Las ninfas de los bosques, arboledas y praderas, lugares donde se creía que a veces se aparecían y asustaban a los viajeros solitarios. Eran designadas por los nombres de Alseides, Auloníades y Napeas.

Las ninfas de los arboles eran llamadas Dríades, Hamadríades o Adríades, si los arboles eran frutales, entonces eran llamadas Mélides, Melíades, Epimélides o Hamamélides. Se creía que llegaban a existir gracias a los arboles, que vivían en ellos y que por ende si morían, las ninfas fallecían junto a ellos.