Apofis (Mitología Egipcia)

Apofis aparece principalmente en mitos relacionados con el viaje nocturno del dios sol Ra a través del Duat, el inframundo.

Se cuenta que cada noche, Ra, el dios del sol, viaja a través del inframundo en su barca solar para renacer al amanecer. Apofis, como la personificación del caos, trata de impedir que Ra complete este viaje atacando la barca solar. Se oculta en las aguas del inframundo, intentando devorar o volcar la barca y sumir al universo en la oscuridad.

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Durante este enfrentamiento, varios dioses y entidades divinas, como Set y otros protectores, ayudan a Ra a derrotar a Apofis. A pesar de que Apep es vencido noche tras noche, la amenaza nunca desaparece, ya que Apofis regresa al día siguiente, representando el ciclo eterno de lucha entre el orden y el caos.

Esta batalla constante es en sí mismo un símbolo de la cosmovisión egipcia. Apofis es el caos primordial, siempre intentando regresar para destruir el orden establecido por Ra y las demás deidades. Cada día que el sol sale de nuevo representa la victoria temporal del orden sobre el caos, una victoria que debe repetirse eternamente.

En algunos relatos, Seth juega un papel crucial en la defensa de la barca solar de Ra contra Apofis. Aunque Seth es generalmente considerado un dios ambiguo o destructivo, en este contexto se lo representa como un protector del orden cósmico, ayudando al Sol a derrotar a la serpiente con su fuerza y poder.

En varios textos funerarios egipcios, como los Textos de los Sarcófagos y el Libro de los Muertos, se describen encantamientos y rituales destinados a ayudar a los difuntos en su viaje al más allá, pues uno de los principales enemigos a vencer en este viaje es Apofis, quien amenaza no solo a Ra, sino también a las almas de los muertos.

El "Hechizo 7" del Libro de los Muertos es un conjuro específico para derrotar a Apofis, conocido como "El Encantamiento para Repeler al Innombrable". En estos textos, Apofis simboliza los peligros que las almas enfrentan en el inframundo, y las oraciones buscan protegerlas de su poder.

Los sacerdotes egipcios realizaban rituales para ayudar en la derrota de Apep. Uno de estos rituales era conocido como el "Rito de Despedazar a Apofis". Durante el ritual, se creaban figuras o imágenes de Apep que luego eran destruidas simbólicamente, a menudo quemándolas o cortándolas, para representar su derrota por parte de Ra y los dioses protectores.

En resumen, Apofis aparece en mitos que ilustran la eterna lucha entre el orden y el caos en el cosmos egipcio, principalmente en el contexto del viaje de Ra a través del inframundo.

Su papel es el de un enemigo cósmico constante, un recordatorio del peligro que el caos representa para el equilibrio del universo.

Apep, es comúnmente representado como una serpiente gigantesca, un símbolo visual que refleja su naturaleza caótica y amenazante. Esta imagen de una serpiente colosal encarna el desorden, el mal y el caos que Apofis trae al universo.

Su tamaño es descomunal, a menudo descrito como tan grande que podía abarcar el horizonte o llenar los cielos. Sus ojos son brillantes, a veces de color rojo intenso o llameante. Sus escamas son oscuras, simbolizando su conexión con las fuerzas de la oscuridad, la muerte y el inframundo.

Como deidad del caos y la destrucción, Apofis posee varios poderes temibles que lo hacen una amenaza cósmica constante.

Su principal poder es crear desorden y confusión, desafiando las leyes naturales y espirituales que mantienen el universo en equilibrio. Este caos no solo afecta el inframundo, sino que, si Apofis triunfara, destruiría todo el cosmos, sumiendo al universo en la oscuridad eterna.

Es conocido por tener el poder de envolver el mundo en oscuridad, además, está vinculado con la aniquilación total, ya que, si lograra derrotar a Ra, el universo quedaría sumido en el caos perpetuo.

Se dice que tiene la capacidad de hipnotizar a sus enemigos, nublando incluso la mente de los dioses. Posee inmortalidad y una gran regeneración, pues Apofis nunca muere de manera definitiva, sino que vuelve a la vida para continuar su lucha contra el orden.