Amón (Mitología Egipcia)

Durante el reinado de la XI dinastía, alrededor del siglo XXI a. C; Sustituyo a Montu como patrono de Tebas. En el reinado del Faraón Amosis, Amón se convirtió en la deidad principal de todo Egipto y se le fusiono con el dios Sol, siendo conocido desde entonces como Amón-Ra.

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Durante el Imperio Nuevo de Egipto, Amón-Ra conservó su estatus de dios principal en el panteón egipcio, en donde ocupaba la posición de divinidad trascendental, creadora de sí misma por excelencia, dios de los pobres y de la piedad personal.

Era tan importante, que su posición como rey de los dioses se desarrolló hasta el punto de un virtual monoteísmo, pues los otros dioses eran considerados manifestaciones de él. Amón-Ra incluso llego a ser adorado fuera de Egipto, en Grecia se le identificaba con Zeus y en Roma con Júpiter.

En un comienzo, Amón mantenía los principios de Maat, verdad, justicia y bondad, por ello, los que querían adorar a Amón primero tenían que mostrar que eran dignos de estar en su presencia y de decirle sus pecados.

Posteriormente, cuando Egipto conquistó Kush, los egipcios identificaron a la principal deidad de los kushitas con Amón. Esta deidad era representada con cabeza de carnero lanudo y cuernos torcidos. A partir de entonces Amón se asocio con el carnero y por ende se le considero dios de la fertilidad, así absorbió a la deidad Min y se convirtió en Amón-Min.

A medida que su culto crecía, Amón se identificó con la deidad principal de las demás áreas, el dios del sol Ra. Esta identificación condujo a otra fusión de identidades, con Amón convertido en Amón-Ra. En su himno se le describe como:

Señor de la verdad, padre de los dioses, creador de los hombres, creador de todos los animales, Señor de las cosas que son y creador de la plantilla de la vida.

Durante el siglo X a. C., el abrumador dominio de Amón sobre todo Egipto empezó gradualmente a declinar. No obstante, se mantuvo fuerte en Tebas.

Amón todavía tiene menciones posteriores, como a finales del 332 antes de Cristo, cuando Alejandro Magno avanzó sobre Egipto y se le consideró un libertador, en el oráculo de Amón, Alejandro fue declarado su hijo, lo que le valió para conquistar Egipto sin luchar. En adelante, Alejandro se refirió a menudo a Zeus-Amón como su verdadero padre.

También existe una posible mención de Amón en la Biblia hebrea, en Jeremías 46:25, un texto escrito alrededor del siglo VII a.C. El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dijo:

"He aquí que yo traigo el castigo sobre Amón de Tebas, y sobre el Faraón y sobre Egipto y sus dioses y sus reyes, sobre el Faraón y los que confían en él".

Originalmente, Amón fue representado como un hombre con piel marrón rojiza durante el Imperio Nuevo, con una corona con dos plumas en la cabeza que símboliza la dualidad, de la corona pende una cinta roja que llega hasta el suelo. Porta un anj y un cetro uas.

Después del período de Amarna, Amón fue representado con piel azul, simbolizando su asociación con lo celeste, el aire y la creación primigenia. Al sincretizarse con Ra, a la figura de Amón se le agrego el disco solar sobre su cabeza. Mientras que, como Amon-Min, su piel pasaba a ser de color oscuro, cargaba un látigo y su cuerpo estaba envuelto hasta el cuello entre vendas, de las que solo resaltaba un falo.

Amón es una deidad de inmenso poder. Dentro de su culto y tras sincretizarse con el dios Ra, Amón se convirtió en el creador del universo y de todo lo existente, señor del sol y de la fertilidad, y protector del concepto del Maat.