Los dioses se revelaron, lo que llevó a la segunda batalla de Mag Tuired.
El combate fue brutal, dioses, hombres y bestias cayeron por montones.
Tethra lidero ferozmente sus malvadas huestes desde la lejanía, hasta que,
sintió una fuerte caída en sus fuerzas, un guerrero, Ogma, hacia pedazos su ejército de sombras.
Con cada golpe de su maza, Ogma aniquilaba a montones, entonces Tethra decidió levantarse de su trono para acudir al campo de batalla,
tomo su espada legendaria, Orna, la encantada espada de oscuridad y corrió a enfrentarse con Ogma.
Un cruento combate se llevó a cabo, Tethra logro herir a Ogma, pero al final el rey oscuro recibió un golpe fatal de la maza del dios de la elocuencia.
Tethra fue vencido, pero no murió, al menos no del todo, pues tras su derrota, su esencia fue enviada al otro mundo
junto a la de otros líderes fomorianos. No obstante, en ese lugar, Tethra se volvió más poderoso de lo que alguna vez fue.
Se convirtió en el regente del más allá.
En la mitología celta, el Otro Mundo no es simplemente el lugar de los muertos, sino un reino lleno de vida, aunque de una naturaleza diferente.
Aquí, Tethra encontró un nuevo propósito, gobernando sobre las almas de los muertos y manteniendo su influencia desde un reino paralelo.