Dagda, también conocido como el dios bueno, es una de las deidades principales de la mitologÃa celta irlandesa, pertenece a la raza divina de los Tuatha Dé Danann, por mucho tiempo se desempeñó como lÃder de estos, pero siempre al servicio del rey Nuada. Era patrono de la tierra, la fertilidad y la agricultura, aunque, también se le asociaba con la muerte, el orden y la ley natural.
Dagda era asociado a la tierra al punto de ser considerado patrono de esta misma, a menudo se le comparaba con el dios OdÃn por su carácter de lÃder y asociación con la magia, además de ser ambos figuras paternas, pues al igual que el dios nórdico Dagda es padre de multitud de dioses.
Las habilidades y coqueteo de Dagda, atrajeron la atención de la diosa Boann, la famosa diosa del rÃo, no obstante, él ya tenÃa una relación con Morrigan y Boann estaba casada con Nuada, por ello comenzaron su relación a escondidas y luego enviaron a Nuada de viaje para que pudieran estar juntos sin ocultarse. Durante este tiempo, Boann quedó embarazada, y cuando Nuada regresó, ella y Dagda necesitaban una forma de ocultárselo. Como solución, Dagda utilizo su habilidad mágica para alcanzar el cielo y aferrarse al sol. Hizo que el astro permaneciera en el mismo lugar durante nueve meses para que Boann pudiera tener el bebé en secreto. AsÃ, hizo parecer que habÃa pasado solo un dÃa, cuando en realidad fueron nueve meses y afortunadamente Nuada no se darÃa cuenta. Boann dio a luz a Aengus, y lo entregaron al hijo de Dagda, Midir, para que actuara como su padre adoptivo.
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En otro mito, se cuenta que hace mucho tiempo los fomorianos gobernaron a los Tuatha Dé Danann, gracias a que Bres, el medio fomoriano, remplazo como rey a Nuada, luego de que este último perdiera su brazo, durante este tiempo, Dagda trabajaba muy duro cada dÃa para regresar a su hogar durante la noche con el afán de disfrutar de una deliciosa comida que el mismo preparaba. Cridenbel, su vecino siego, pero con un agudo sentido del olfato, envidiaba los deliciosos banquetes de Dagda, pues dÃa con dÃa saboreaba el olor de la comida, hasta que, en una ocasión pidió a Dagda que le compartiera de sus alimentos y este sin dudarlo acepto, pero el aprovechado Cridenbel le dijo que si tenÃa honor debÃa entregarle las tres mejores porciones de su comida.
Dagda, que era sumamente amable le permitió dar los primeros tres bocados, sin embargo, el siego mal agradecido tomo porciones del tamaño de un cerdo entero, devorando una tercera parte de la comida del dios, estas acciones continuaron por algún tiempo, ocasionando que Dagda bajara de peso y comenzara a guardar resentimiento contra su ventajoso vecino. Angus, dios del amor e hijo de Dagda, se percató de los problemas de su padre, asà que se dispuso a ayudarlo ideando una forma de terminar con el robo de Cridenbel, le dio a Dagda tres monedas de oro y le dijo que las pusiera en su comida.
Al anochecer Cridenbel llego a exigir su comida como siempre, pero esta vez le esperaba una sorpresa. El siego reclamo las tres mejores piezas de la comida, pero al ser las monedas mucho más valiosas que cualquiera de los otros alimentos, estas fueron el alimento que se le ofreció a Cridenbel y este sin dudarlo las comió, cosa que lo llevo a la muerte, pues las enormes monedas se atascaron en su estómago.
Dagda fue acusado de haber envenenado a su vecino y de violar las leyes de hospitalidad, delitos que se castigaban con la muerte. Para librarse de los cargos, Dagda abrió el estómago de Cridenbel para sacar las monedas y asà demostrar que no lo habÃa envenenado, si no que, habÃa sido su ceguera y envidia lo que habÃa terminado con su vida.
Gracias a esta historia, a Dagda se le asocia a la abundancia, la hospitalidad y la generosidad, compartiendo los alimentos que cargaba en su caldero sin fondo, pero a su vez nos demuestra que el dios también castigaba a aquellos que abusaban de la hospitalidad para menoscabar a su anfitrión.
Dagda fue por mucho tiempo uno de los miembros más importantes de los Tuatha Dé Danann, fue amante de la diosa de la guerra, Morrigan, lucho en innumerables batallas contra los Fomorianos y junto a su grupo se hicieron con el control de Irlanda, convirtiéndose en sus dioses, sin embargo, terminarÃan siendo derrotados por los hijos de Milesius, antepasados de los irlandeses, lo que los obligo a retirarse al mundo subterráneo, donde vivieron en palacios construidos por Dagda.
En otra versión de los mitos, durante la segunda batalla de Mag Tuired, Dagda fue herido mortalmente al igual que Nuada; Nuada cayó en el campo de batalla, mientras que Dagda logro volver a su hogar, donde termino falleciendo al poco tiempo por sus heridas. No obstante, incluso después de su muerte, los dioses lo visitaban en su tumba para pedir su consejo.
Dagda es descrito como un enorme hombre peludo, carga con una enorme masa y un gigantesco caldero repleto de comida que carga sobre su espalda. Según la versión, se le puede ver con un aspecto fofo y gracioso, con ropas pequeñas para su cuerpo y cabello desarreglado o bello, poderoso y rudo, pero siempre respetado.
Dagda posee diversos poderes y atributos formidables, pues los demás dioses lo consideraban sumamente sabio, un temible e imparable luchador y un mago hábil y poderoso. TenÃa tres objetos sagrados que aumentaban su poder: un caldero, un garrote y un arpa. Su enorme masa mágica podÃa aplastar a multitud de enemigos a la vez, mientras que, con su caldero sin fondo era capaz de proveer abundancia, siendo capaz de hacer emerger de él un banquete sin fondo, además, poseÃa un arpa con la que controlaba las estaciones del año. Es amo de los elementos y la adivinación, maestro de la música y las artes, y un temible oponente tanto dentro como fuera del campo de batalla. Por si fuera poco, su magia era capaz de devolver la vida a los muertos y de curar heridas y enfermedades.