Acala (Fudo Myo-o)

Acala se sitúa en el centro del mundo entre los otros cuatro dioses situados en los cuatro puntos cardinales, sentado sobre una enorme roca que simboliza su firmeza y determinación inquebrantable, así representa la inmutabilidad. Desde su lugar, la deidad se enfrenta a las fuerzas del mal con su espada flamígera, se dice que desciende hasta el mismo infierno para luchar y cercenar la cabeza del mal.

En el hinduismo, el nombre de Acala, es uno de los tantos que adopta el dios Shiva, de quien Acala obtiene diversas características. Acala es representado de forma iracunda, con su rostro lleno de ira y su cuerpo envuelto en llamas, debido a la lucha que libra constantemente en el mismo infierno. De su rostro sobresalen dos prominentes colmillos, el de la derecha apunta hacia arriba, simbolizando el cielo y el espíritu, mientras que el de la izquierda lo hace hacia abajo, hacia la tierra y lo material. En su mano derecha sostiene una espada llameante con la que corta obstáculos y en su mano izquierda una cuerda para sacar a flote a sus aliados o atrapar a las fuerzas del mal. En otras representaciones se le muestra con la forma de un dragón envuelto alrededor de una espada.

Como uno de los Cinco Reyes Sabios, Acala es un ser sumamente poderoso. Es capaz de incinerar y destrozar a infinidad de demonios con su espada llameante y ningún demonio puede escapar de su cuerda divina. Resguarda el centro porque es el más poderoso de los cinco reyes y el principal guardián del mundo, incluso desciende al infierno para aniquilar a las fuerzas del mal antes de que puedan atacar a los creyentes. Además posee multitud de atributos divinos semejantes al de los Buda, como la manipulación de la materia, enorme conocimiento, cambiar de tamaño a voluntad, viajar a través del continuo del espacio-tiempo, telepatía, clarividencia, tercer ojo, poder ver vidas pasadas y mucho más.