Dentro del árbol de la vida de la tradición cabalística se encuentran las Sefirot, los 10 atributos y las 10 emanaciones de la Cábala, a través de las cuales el Ein Sof se revela a sí mismo y crea continuamente tanto el reino físico como la cadena de los reinos metafísicos superiores.
Las Sefirot representan la potencia activa y creativa de los nombres divinos, y su relación con el cuerpo hace hincapié en que debemos ver las Sefirot como componentes de un solo organismo. Estas se describen como los canales de la fuerza divina y creadora de la vida, a través de los cuales la esencia divina se revela a la humanidad. Si se comprende cómo están compuestas las sefirot, se podrá comprender la estructura de toda la realidad, en cualquier nivel.
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Todo acto humano, al nivel que sea, también se efectúa de acuerdo con leyes fijas y ordenadas, establecidas en las Sefirot. A esto se le llama Ain, y es la voluntad del Creador.
Antes de la existencia del árbol, solo estaba el infinito, no existía nada más… Entonces la esencia de Dios se manifestó en forma de luz, imbuyendo el infinito con su luz divina, creando lo que hace un momento denominamos Ein Sof. La voluntad de Dios hizo que esta luz se hiciera patente y alcance la primera Sefirá del árbol.
Kéter es la primera Sefirá del Árbol de la Vida. Situado en la posición central superior del árbol. Es el potencial puro de las manifestaciones que acontecen en las otras dimensiones. Representa la propia esencia, atemporal y libre. La luz superior y generadora de todo el movimiento de la Creación.
Se puede considerar como el momento cero, la creación en potencia, pero no expandida. Es el principio vital de todas las formas de energía. Su raíz es la voluntad divina, y se relaciona con la voluntad humana. A pesar de ser la génesis de todas las emanaciones canalizadas por las otras Sefirot, Ketér aún está indiferenciada, como un punto infinito, una unidad que no concibe nada externo.
El ángel asociado a esta Sefirot es nada más y nada menos que Metatrón, recordando que este está sumamente asociado con el Shejiná, la presencia de Dios, que podríamos relacionar con luz que enciende la primera Sefirot.
Jojmá es la segunda Sefirá del árbol de la vida, situada en lo alto de la columna derecha. Se le asocia con el comienzo del pensamiento. Con la idea general de realizar la voluntad del hombre. Es la idea ilimitada. Es el salto cuántico de la intuición, que deriva en las manifestaciones artísticas. Es donde fluye la creatividad y el mundo de las ideas.
Posee la energía del fuego, asociada a la masculinidad y también representa el pasado. Es el primer escalón intermedio entre Kéter y el resto de las Sefirot, remitiendo y canalizando la luz del Ain Sof, mediante las siguientes Sefirot.
Raziel, “El Guardián de los Secretos de Dios”, perteneciente a los querubines y jefe de los Tronos, es el ángel asignado a Jojmá.
Biná es la tercera Sefirá, se sitúa en lo alto de la columna izquierda. Biná es el proceso racional innato en la persona que trabaja para desarrollar una idea plenamente. Es la limitación de Jojmá, pues organiza el pensamiento en algo concreto.
Posee la energía del agua asociada a la feminidad y también representa el futuro. Biná recibe la energía infinita de Jojmá, así es como la idea toma forma y el movimiento, junto al espacio, toman significado.
Ahora que ha organizado la energía, Biná la irradia de nuevo hacia el infinito, pero ahora en otra dirección. Con Biná finalmente se tienen las tres dimensiones del espacio, así nace el verdadero universo con la creación de la cuarta esfera.
A la Sefirá Biná, está ligado el arcángel Cassiel.
Jesed también es conocida como Geduláh, la “Grandeza”. Es la cuarta Sefirá y se sitúa debajo de Jojmá. Representa el deseo de compartir incondicionalmente, la voluntad de dar todo de sí mismo y la generosidad sin límites, pues demuestra la extrema compasión.
Jesed está en cambio constante y dentro de ella reina la abundancia, sin excepción. Todo es bienvenido dentro de Jesed, pues en el no existe la escasez, ni el sentido de no pertenencia.
Sin embargo, la generosidad indiscriminada de Jesed suele causar problemas, pues dentro de la creación, no todo está destinado a existir, en el universo no hay lugar para una cantidad infinita de todo lo que es posible. Lo que causa que haya que tomar algunas decisiones difíciles.
El querubín Sachiel, perteneciente a la orden de los arcángeles, es quien está asociado a la Sefiró de Jesed.
Geburáh también llamada Din, "Derecho". Es la quinta Sefirot del Árbol, y es el segundo de los atributos emotivos de las sefirot. Está colocada debajo de Biná, al lado de Chesed y encima de Hod. Es la Sefirá en el que alza su cabeza la gran serpiente Alehi-sebenech. Geburáh es conocida como la fuerza, el juicio, y el poder, los cuales representa cuando es llamada Din.
Haciendo uso de su amor infinito, Geburáh entiende que algunos de los elementos dados por Jesed, deben ser sacrificados por otros más adecuados o necesarios, lo que no se necesita se deja atrás, para que el todo alcance su forma más perfecta. Esta forma se alcanza al llegar a la sexta Sefirá.
Camael, el arcángel de la guerra y el valor, es el ángel asociado a la Sefirot Geburáh.
Tiféret es la sexta Sefirá en el Árbol de la Vida. Tiféret es la fuerza que integra la Sefirá Jesed y Geburáh, haciendo chocar la compasión y la severidad. Esas dos fuerzas son, respectivamente, expansivas y restrictivas, una no puede manifestar sin la otra el flujo de la energía divina.
Tiféret es única entre las Sefirot, pues está justo en la mitad del árbol, donde conecta con todas menos con Maljut y Dáat. En Tiféret está el culmen del refinamiento, y aunque, es un reflejo de la perfección y la belleza de lo divino, aún no tiene el empuje suficiente para la acción y sin esta no puede moverse. Es así como genera la necesidad del nacimiento de la séptima Sefirá.
El arcángel asociado a la esfera de Tiféret es el arcángel Rafael.
Netsaj es la séptima Sefirá del árbol de la vida, está situada debajo de Jesed. Representa la polaridad activa o la fuerza, frente a la polaridad pasiva. Nétsaj forma parte propiamente, de la esfera del sentimiento.
Es un motor de energía que da origen a la dirección, es alimentada por la energía de la divinidad y en su incansable búsqueda para proporcionar el movimiento que requiere Tiféret, el movimiento de Nétsaj, es tanto físico como espiritual, dando lugar a la emoción y a la fuerza que impulsa la personalidad.
No obstante, el movimiento sin dirección es contraproducente, así que, para equilibrar su energía, Nétsaj, busca la inteligencia en la octava Sefirá.
Haniel, cuyo nombre significa, "Dios es mi gracia", es el ángel asignado dentro de Nétsaj.
Hod es la octava Sefirá y está situada debajo de Geburáh. Denota tanto "alabanza" como "obediencia". En Hod la energía de Nétsaj es analizada, examinada y entregada con un objetivo. Representa el pensamiento racional y el escrutinio, donde la comunicación se hace posible, porque en ella, la mente personal ya ha tomado forma.
Aprovechando el poder de Nétsaj, Hod empuja sus energías hacia abajo, hasta que conecta con la novena esfera.
El ángel de esta Sefirá es el Arcángel Miguel.
Yesod es la novena Sefirá, situada debajo de Hod y Netsaj. Esta Sefirá refleja la luz de las otras Sefirot en la décima. En Yesod, se refleja la gloria de Tiféret y se mezcla con el pensamiento de Hod y el sentimiento de Netsaj. Creando un gran crisol de posibilidades.
Es el reino de la imaginación y el inconsciente. Abarca todo lo que puede ser, todo lo que fue y todo lo que se puede prever, sin embargo, Yesod está lejos de ser perfecto, pues es un espejo turbio e impuro, ya que la verdadera imagen de la divinidad no puede manifestarse en toda su pureza dentro del universo, pues sería un faro para todos los fragmentos del propio Dios, que eliminaría todo indicio de individualidad y libertad.
Para lograr la separación y que los fragmentos de Dios se puedan experimentar, la gloria de Tiféret debe mantenerse oculta, al menos parcialmente. El mundo manifestado no puede soportar la luz de la perfección de Dios, por lo tanto, Yesod funciona como un filtro entre el resto del árbol y la última Sefirá.
El arcángel de esta Sefirá es el Arcángel Gabriel.
Maljut es la décima Sefirá del árbol y el atributo divino más bajo en el orden descendente de ellos. Se dice que es la receptora de todos los atributos que están encima de ella, por lo tanto, su característica principal es el bitul, la auto-anulación. Mediante el bitul es posible para ella ser un receptáculo para la luz, o un flujo procedente de los atributos superiores.
En Maljut, Hod y Netsaj, son capaces de descender a la creación para organizar las energías de lo divino, también mantiene la generosidad de Jesed y el orden de Biná, bajo la realidad. Así estos patrones se mantienen en su lugar dentro de Maljut, quien luego trabaja con las fuerzas primarias para traer al mundo de la materia, la esencia del ser de Tiféret.
Al tomar forma dentro de la existencia, Maljut crea el universo, completando finalmente el propósito del árbol.
A la última esfera se encuentra ligado Sandalfón, un arcángel presente en los escritos judíos y cristianos, de quien se dice reúne las oraciones y se las transmite a Dios.