En la mitología nórdica, Kvasir era un dios creado a partir de la saliva de todos los dioses, de su sangre mezclada con miel se creó la famosa hidromiel.
Cuenta la leyenda que al final de la guerra divina entra Aesir y Vanir, los dioses se reunieron para hacer una tregua. Ambos bandos pactaron la paz escupiendo en una tina, al finalizar la congregación decidieron mantener el contenido como símbolo de la paz, pero Frey dijo que sería un desperdicio, así que Freya metió sus manos en la cuenca y con la saliva de todos los dioses moldeo a Kvasir, quien nació con una enorme sabiduría, fruto de todos los dioses.
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Era tal su conocimiento, que podía responder a cualquier pregunta que le hicieran. Kvasir se dedicó a viajar por todo el mundo, enseñando a la humanidad y difundiendo su vasto conocimiento, hasta que dos enanos, Fjalar y Galar, lo invitaron a su casa con la promesa de un banquete, pero en su lugar le arrebataron la vida, luego drenaron su sangre y la mezclaron con miel, de esta mezcla resulto una maravillosa sustancia, el hidromiel. Quien bebiera de ella se convertiría en poeta o erudito.
Cuando los dioses buscaron a Kvasir, los enanos mintieron diciendo que había muerto "asfixiado en su propia inteligencia", ya que no había ninguno entre ellos tan bien educado como para poder hacerle preguntas. Más adelante, los enanos también acabaron con la vida del gigante Gilling y su esposa.
El hijo de Gilling, Suttung, enfurecido por el asesinato de sus padres, llevó a los enanos hacia el mar y los colocó en un arrecife que sería cubierto por la marea alta, pero rápidamente los enanos le ofrecieron el hidromiel a cambio de sus vidas. Suttung lo tomó, lo llevó a su hogar, lo ocultó en el centro de una montaña y ordenó a su hija Gunnlod que lo cuidara.
Sin embargo, Odín ya se había enterado del hidromiel y se dispuso a conseguirlo, trabajó para Baugi, el hermano de Suttung, por un verano entero y luego pidió un pequeño sorbo del hidromiel a cambio de su trabajo. No obstante, Baugi no quería compartirlo, así que se escondió taladrando en una montaña, pero Odín se convirtió en una serpiente y se arrastró a través del agujero. Dentro, Gunnlod, la hija de Suttung, lo estaba custodiando, pero Odín la persuadió para que lo dejara darle tres sorbos; aunque termino bebiendo todo el hidromiel, y luego se convirtió en un águila para escapar.