Heimdall (Mitología Nórdica)

El dios Heimdall nació a partir de la union de nueve mujeres gigantes, las doncellas de las olas, Egia, Augeia, Ulfrun, Aurgiafa, Sindur, Atla, Iarnsaxa, Gjálp y Greip con las que el dios Odin mantuvo relaciones al mismo tiempo, al crecer viajo hasta las puertas de Asgard reino de los dioses, donde reclamo su lugar como hijo de Odin, al llegar se encontró con los demás dioses que admiraban con orgullo su ultima creación, el Bifrost.

Heimdall, guardián del arcoíris Bifrost

Tras crear el Bifrost los dioses se dieron cuenta de que alguien debía cuidar su hermosa creación pues temían que fuera destruida o usada por sus enemigos para llegar hasta ellos, comenzaron a buscar al guardian perfecto, afortunadamente se percataron de que el recién llegado Heimdall era perfecto para asumir el puesto, al principio el dios no estaba seguro de asumir la responsabilidad, pero los demás dioses lo victorearon para que aceptara, así que, Heimdall orgulloso acepto con alegría. Para que pudiera cumplir a la perfección con su tarea, los otros dioses le ayudaron para que llevara aun más lejos sus habilidades y se le otorgaron poderosos objetos.

Ahora Heimdall era capaz de percatarse del más mínimo movimiento, percibir hasta la más pequeña presencia y su vista mejoro tanto que podía ver perfectamente cualquier cosa a cien millas de distancia sin importar si era de día o de noche, además, Heimdall apenas necesitaba dormir, pues se decía que necesitaba menos tiempo que un pájaro para descansar.

A Heimdall se le otorgo además una reluciente y poderosa espada y un cuerno extraordinario, llamado Gjallarhorn, con el que al hacerlo sonar advertiría a los demás dioses que se aproximaban sus enemigos, el cuerno era tan poderoso que su retumbar podía despertar a todas las criaturas en el cielo, la tierra y el inframundo.

Heimdall descubre a Loki robando el Brisingamen

Una noche mientras Heimdall mantenía su vigiá comenzó a escuchar unos débiles pasos, semejantes a los de un pequeño gato, en dirección al castillo de la diosa Freya, por lo que dirigió su aguda vista en esa dirección solo para darse cuenta de que se trataba del dios Loki que había logrado entrar sigilosamente hasta el lecho de la diosa para intentar robar su hermoso collar Brisingamen, emblema de la fertilidad y la armonía de la Tierra. Loki invoco el poder de las runas y se transformo en una pequeña pulga ante la atenta mirada del guardian del Bifrost, entro entre las vestiduras de la diosa y la mordió con la finalidad de que se moviera sin ser despertada a una posición que le permitiera robar el collar.

De esta manera el dios ladrón se apodero de la joya, por desgracia para el, no contaba con la atenta mirada de Heimdall que inmediatamente se lanzo en su persecución, rápidamente acorralo a Loki y desenvaino su espada y se preparo para cortar su cabeza por tremenda osadía, Loki se transformo en una enorme llama azul pero tan rápido como el pensamiento Heimdall tambien se transformo pero en una gigantesca nube que y dejo caer lluvia sobre el para apagar su fuego, entonces Loki cambio a un oso y devoro el agua, pero tan pronto como el dios burlón hacia algo Heimdall respondía de manera que también se transformo en oso y lo ataco ferozmente, se libro una lucha pero al verse ampliamente superado y temiendo su fin Loki se rindió, devolvió el collar y emprendió su huida, con lo que Heimdall regreso el collar a su dueña.

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Se dice que Heimdall anunciara con el llamado a la guerra de su cuerno cuando los gigantes ataquen Asgard e inicie el fin del mundo, el llamado Ragnarok. El guardian de los dioses participara en esta batalla y se enfrentara a Loki, ambos se darán muerte, pero la muerte de Heimdall es un hecho esperanzador pues significa que ningún otro dios caerá en la batalla.

Heimdall posee los sentidos más agudos de toda su mitología, nada puede escapar a su percepción. Es un experto combatiente y usuario de la magia rúnica con la que puede transformase en cualquier cosa que desee.

Heimdal siempre era representado con una resplandeciente armadura blanca, por lo que era conocido como el dios brillante o de la luz. Era tan bondadoso como hermoso y todos los dioses le amaban cariñosamente. Se le suele mostrar soplando su poderoso cuerno con el hermoso puente que vigila a sus espaldas.