Yig (Lovecraft)

Se dice que Yig es una deidad relativamente inofensiva, pues no daña a los humanos a menos que se le provoque previamente. En lugar de buscar sembrar el caos y la destrucción, se dedica a cuidar a las serpientes, a las cuales se comenta, cuida con un amor paternal.

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Sin embargo, por algún motivo desconocido, una vez llegado el otoño entra en frenesí, y la sed de sangre se apodera de él, por ello, es necesario realizar una serie de ritos para mantenerlo alejado. Los aborígenes utilizaban el retumbar de sus tambores junto a animosas danzas para intentar aplacar la cólera del señor de las serpientes.

Yig conto con multitud de adoradores y cultos a lo largo de la historia de la humanidad. Primeramente, fue adorado en Estigia, un antiguo país de la Era Hiboria, también perteneciente a estos mitos, ahí se le conoció bajo el nombre de Set y, posteriormente, se le venero en el seno de los grandes imperios maya y mexica, los cuales le llamaban Kukulkán y Quetzalcóatl, respectivamente.

Aquellos que adoraban a estos avatares de Yig, estaban enfrentados con los seguidores del dios Tezcatlipoca, quien fuera avatar de Nyarlathotep, pues este dios se había opuesto abiertamente al culto de la serpiente y según las leyendas, incluso había llegado a luchar cuerpo a cuerpo contra el propio Quetzalcoatl, o sea, Yig.

Algunos cultos basados en el vudú y hechiceros que empleaban el signo de la serpiente como emblema de su poder también veneraron a Yig. Además, este dios es una de las tres deidades de la adivinación, por lo que los adivinos y oráculos a veces también le rinden culto. Aparte de los humanos otras razas juraron devoción a Yig, como lo son los hombres serpiente y los miembros de la Vieja Raza de K'n-yan. Para estos últimos, Yig era considerado uno de los dos grandes dioses, siendo el otro Cthulhu, al que ellos llamaban simplemente "Tulu".

Contrario a lo que se podría pensar, el aspecto real de Yig es totalmente desconocido, siendo todas sus formas conocidas avatares del dios, sin embargo, su avatar serpiente, como Quetzalcóatl o Kukulkán, son las descripciones más acertadas que se tiene de él. En ocasiones también se le representa sencillamente como una serpiente de gran tamaño, aunque siempre con algún rasgo humanoide.

No conocemos la mayoría de habilidades de Yig, pero uno de sus principales poderes consiste en controlar mentalmente a las serpientes, entre las que destaca una raza de tamaño descomunal conocida como serpiente sagrada de Yig, de la que el dios se sirve para castigar a quienes se oponen a su poder. También es capaz de utilizar lo que parece hechicería o maldiciones, de manera que, si alguien mata a una serpiente vinculada a Yig, será acosado por su maldición y terminará transformando en una serpiente moteada.