Tsathoggua, "el Durmiente de N'kai", también llamado Zhothaqquah y Sadoqua, es un dios primigenio de la mitología lovecraftiana. Aparece por primera vez en el relato La historia de Satampra Zeiros, creada por Clark Ashton Smith, siendo Tsathoggua, casi con seguridad, la deidad más representativa del autor.
Se dice que Tsathoggua es un dios nativo de Xoth, una estrella famosa por ser el lugar de origen de múltiples dioses. Es hijo de Ghisguth y Zstylzhemgni, pareja de Shathak y padre de Zvilpogghua. Se cree que Tsathoggua se movió con su familia al planeta Yuggoth, aquel que actualmente los humanos conocemos como Plutón, el hogar de los Mi-Go, pues ahí le haría compañía a su abuelo Cxaxukluth.
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Sin embargo, su convivencia no funciono, ya que, fue acosado por su abuelo, que resultó ser un caníbal, de manera que tuvo que trasladarse una vez más, esta vez a Saturno. Más tarde Tsathoggua termino viajando a la Tierra, donde se establecería de forma permanente.
En nuestro mundo, Tsathoggua habito primero bajo el Monte Voormithadreth, en Hiperbórea; pero, cuando el continente se heló, se trasladó al reino subterráneo de N'kai, en el que reside actualmente. Ahí es adorado por unos seres conocidos como "las semillas informes de Tsathoggua".
Los habitantes de K'n-yan también lo veneraron en un pasado y en su honor dieron a su capital el nombre de Tsath; no obstante, acabaron descubriendo su verdadera naturaleza y dejaron de adorarlo.
Los Manuscritos pnakóticos y yóthicos recogen gran parte de la historia de Tsathoggua.
La primera descripción de Tsathoggua se da en La historia de Satampra Zeiros, perteneciente al Ciclo de Hiperbórea, y es la siguiente:
"Tenía un aspecto rechoncho, de panza abultada y redonda, y su cara se parecía más a la de un sapo monstruoso que a la de una deidad. Todo su cuerpo estaba cubierto por una imitación de pelaje corto, dando la sensación de una mezcla de murciélago y de marmota. Sus somnolientos párpados caían semicerrados sobre sus ojos globulares, mientras de sus gruesos labios salía la punta de una extraña lengua. En honor a la verdad, no se trataba de un dios acogedor".
Posteriormente, es descrito con nuevos detalles en el relato Los siete geases, en el que el brujo Ezdagor se refiere a él así:
"Reconoceréis a Tsathoggua por su enorme cuerpo peludo similar al de un murciélago, y por ese aspecto de adormilado sapo negro que posee eternamente. No se mueve jamás de su sitio, ni siquiera cuando lo asalta el hambre, sino que espera con divina indolencia el sacrificio".
Aun así, esta es solo su apariencia actual, pues Tsathoggua puede cambiar de forma.