Ghatanothoa, conocido como “el Señor del Volcan”, “el Petrificador” y el dios de la Hundida Mu. Es un dios Primigenio y el hijo primogénito de Cthulhu. Aparece por primera vez en el relato Más allá de los eones.
Ghatanothoa es el amo de todos los Lloigor, una raza extraterrestre invisible al ojo humano. Se cree que llego a la tierra hace centurias, tras haber estado viviendo un tiempo en el planeta Yuggoth, hogar de los espantosos Mi-go. Una vez en nuestro mundo, se acento en el continente de Mu, en donde convirtió el monte Yaddith-Gho en su nueva madriguera.
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Por culpa de su inmenso poder y su capacidad de petrificación, fue temido por los habitantes de Mu, quienes lo sellaron bajo una inmensa trampilla y le mantuvieron satisfecho venerándole y ofreciéndole sacrificios humanos, evitando así enfurecerlo, lo que conllevaría la destrucción de toda la región. Pero lo cierto es que, llegado un momento, el culto de Ghatanothoa se convirtió en una simple estrategia de sus autoproclamados sacerdotes para mantenerse en el poder.
Se cuenta que un día, el sumo sacerdote de la diosa Shub-Niggurath, conocido como T’yog, se propuso derrotar a Ghatanothoa, aprovechando la protección que le otorgaba un pergamino bendecido por su deidad en contra del poder petrificador del monstruo. Sin embargo, uno de los sacerdotes le cambió su amuleto por uno falso y, al ver a Ghatanothoa, fue petrificado inevitablemente.
Fue Zanthu, un brujo y sumo sacerdote de Ythogtha, el que acabó con el culto de Ghatanothoa, aunque fue accidentalmente, pues al intentar invocar al dios Ythogtha erró en algo y causó el hundimiento de Mu, sumergiendo a Ghatanothoa aún más profundo en la oscuridad.
Sin embargo, al ser una criatura capaz de sobrevivir en las condiciones más extremas, Ghatanothoa se superpuso a la catástrofe y aún permanece sellado bajo la trampilla. Por otro lado, su culto también sobrevivió en la ciudad perdida de K'n-yan.
En el relato Más allá de los eones, se describe a Ghatanothoa de la siguiente manera:
"Podría describirlo como algo gigantesco, tentacular, con ojos de cefalópodo, amorfo, flexible, medio escamoso, medio arrugado... ¡Puag! Pero nada de lo que diga puede siquiera acercarse al terrible, impío, inhumano, galáctico horror, repugnancia y maldad inefable de aquella criatura prohibida surgida del caos negro y la noche infinita"
La única palabra para describir a Ghatanothoa es "horrible". De hecho, es tan pavoroso que causa una petrificación instantánea a aquel que lo ve, ya sea directamente o en una imagen.
La única forma de conocer su aspecto sin padecer este destino es mediante una imagen que haya sufrido una distorsión considerable, y aun así esto no evitaría que causase la locura del que la contemple.
En cuanto a los poderes de Ghatanothoa, el más relevante es su poder de petrificar a quien lo observa. Sin embargo, a diferencia del monstruo griego Medusa, en el que sin duda se inspira, la petrificación de Ghatanothoa no es total:
Aunque algunas partes efectivamente se convierten en piedra, otras simplemente se recubren de un extraño tejido que les da el aspecto de estar petrificados. Además, cabe señalar que aquellos que se han convertido en piedra permanecen con vida todo el tiempo, pudiendo percatarse de todo lo que ocurre a su alrededor, pero incapaces de moverse y de borrar el horroroso rostro de Ghatanothoa de su memoria y de sus pupilas, pues es casi como si se grabase a fuego.
Sin embargo, la magia de Shub-Niggurath debería bastar para curar a cualquiera de los petrificados por Ghatanothoa.