Kuzuryu (Mitología Japonesa)

Cuenta la leyenda, que durante el periodo Nara de Japón, el cruel dragón de nueve cabezas llegó a Hakone y se asentó a vivir en las aguas del lago Ashi.

Una vez al año, exigía a los pobladores un terrible sacrificio, debían ofrecerle a una de sus mujeres o de lo contrario todos serian destruidos. Nadie deseaba cumplir sus exigencias, así que, para satisfacer al dragón, decidieron echar a suerte la elección de la mujer a sacrificar lanzando una flecha con plumas de color blanco al aire y viendo en qué casa aterrizaba. La familia propietaria de la casa en la que caía la flecha tenía que ofrecer a una de sus hijas al dragón Kuzuryu.

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Los pueblos del lago vivieron atemorizados hasta que a la zona llego un monje llamado Mankan. El monje se enfrentó al dragón de las nueve cabezas usando una maldición que lo encadenó para siempre a una roca del fondo del lago. Con el pasar del tiempo, Mankan vio al dragón reformarse y convertirse en un Rey Dragón.

Luego el monje construyó un santuario dedicado al dragón Kuzuryu y desde entonces, el dragón se ha convertido en una especie de protector del lago Ashi, y en vez de sacrificios humanos se contenta con que los visitantes al santuario le ofrezcan arroz al vapor con frijoles rojos.

Como resultado de esta leyenda, el dragón llegó a ser adorado como Kuzuryū Dai-myōjin, "Gran Dios Dragón de Nueve Cabezas".

Otro mito narra que Kuzuryu apareció en respuesta al sonido resonante de una puerta de roca en una cueva arrancada por otro dios y arrojada a la tierra. La puerta lanzada se convirtió en el Monte Toga-kushi, y Kuzuryu se convirtió en una montaña cercana del mismo nombre. Al pie del monte se encuentra el Santuario Toga-kushi, donde se puede encontrar un pequeño santuario dedicado a Kuzuryu.