Chupacabras (Folclore Mexicano)

Primero vamos a ver que nos dice la ciencia para explicar la existencia de esta aterradora criatura. Muchos investigadores sugieren que los avistamientos del Chupacabras podrían ser el resultado de confusión con animales reales, como coyotes o perros salvajes enfermos de sarna. Ya que, estos animales pueden parecer extraños debido a la pérdida de pelo y las lesiones en la piel.

Si lo prefieres tenemos para ti la historia del Chupacabras en video, seguro te encantara, checalo y regalanos un like.

Yendo por el camino de lo sobrenatural, algunos creen que el Chupacabras es una criatura extraterrestre o incluso el resultado de experimentos genéticos por parte del gobierno. Algunos otros consideran que es simplemente un mito o una leyenda urbana.

Por otra parte, teorías de conspiración sugieren que la leyenda fue tomada o creada por los gobiernos y difundida a través de medios populares para distraer a las personas y mantenerlas con miedo.

La primera mención del Chupacabras se remonta a 1995 en Puerto Rico, donde los habitantes comenzaron a reportar la muerte de animales de forma extraña, más precisamente con marcas de mordeduras no identificadas. Se dice que en este caso se identificaron más de 150 animales de granja, incluidas cabras, ovejas, pollos y demás, todos con esta particular mordedura.

Poco después, informes similares comenzaron a aparecer en otros lugares de América Latina y en comunidades latinas en los Estados Unidos. No obstante, el mito no ha variado mucho de localidad en localidad, manteniendo siempre la idea principal de una criatura que succiona la sangre de los animales.

Este ser es generalmente descrito como una criatura de tamaño pequeño a mediano, similar a un perro o un reptil, con piel grisácea o verdosa, ojos grandes y brillantes, y espinas o escamas que recorren su espalda. Ataca animales de granja, dejándolos secos y con extrañas heridas punzantes.

A continuación, les traigo una pequeña historia para conmemorar el mes del terror: Una noche oscura en un pequeño pueblo rural de México, María, una joven pastora, vigilaba su rebaño de cabras cerca de las montañas. El viento frío susurraba a través de los árboles y el cielo, sin luna, se veía especialmente inquietante. De repente, un escalofrío recorrió su espalda cuando escuchó un extraño sonido, algo así como un gruñido bajo, proveniente de los matorrales cercanos.

A medida que se acercaba con cautela, su linterna iluminó un par de ojos brillantes en la oscuridad. Eran grandes y rojos, y la figura que los acompañaba no se parecía a ningún animal que ella conociera. La criatura, pequeña pero robusta, tenía una piel grisácea con espinas recorriendo su espalda. En cuestión de segundos, saltó hacia una de sus cabras, derribándola brutalmente para succionar su sangre, dejando dos marcas punzantes en su cuello.

María gritó, pero cuando corrió a socorrer al animal, la criatura ya había desaparecido entre las sombras. Al amanecer, encontraron a la cabra sin una gota de sangre. Los ancianos del pueblo sabían lo que eso significaba: el Chupacabras había regresado y solo podían esperar una cosa, tiempos difíciles.

Mientras el rumor crecía, el temor se apoderó de la comunidad, y todos sabían que las noches nunca volverían a ser seguras.