Sekhmet es una de las diosas más poderosas y antiguas de la mitología egipcia. Su nombre significa "la poderosa", pero también se le conoce como la "Diosa de la guerra" y la "Señora de la destrucción", aunque también es una deidad de la sanación y la protección. Se la asocia tanto con la destrucción de enemigos como con la protección de los faraones.
Sekhmet representa el poder de la naturaleza, la fuerza destructiva que también es necesaria para la creación y renovación. Aparece en varios mitos y relatos egipcios, y aunque no tiene tantos como algunas otras deidades, sus historias son significativas y revelan su carácter poderoso y ambivalente.
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Según el mito, Ra, el dios del sol, estaba envejeciendo y perdiendo autoridad sobre la humanidad, que comenzó a desafiar y burlarse de él. Enfurecido, Ra envió a Sekhmet para castigar a los humanos. Ella se transformó en una furiosa leona y arrasó con la humanidad, llenándose de la sangre de sus víctimas.
Sin embargo, Sekhmet realizo más que una venganza, su sed de sangre parecía no tener fin. Temiendo que Sekhmet exterminara a todos los humanos, Ra tuvo que idear un plan para detenerla: mezcló cerveza con ocre rojo para que pareciera sangre y la esparció por el suelo. Sekhmet, al verla, bebió hasta embriagarse, y la borrachera la adormeció y calmó su furia, salvando a la humanidad. Este mito es fundamental, ya que muestra la dualidad de Sekhmet como fuerza destructiva y como deidad capaz de ser apaciguada.
En algunas versiones de este mito, se considera que Sekhmet es una manifestación o aspecto de la diosa Hathor en su faceta de furia. Hathor, generalmente es una diosa amable y benéfica de la fertilidad, el amor y la maternidad, pero tiene también un lado salvaje y agresivo, que se manifiesta como Sekhmet. En este sentido, Hathor se transforma en Sekhmet para cumplir la voluntad de Ra, mostrando cómo una diosa del amor puede, en momentos de cólera, volverse una fuerza destructiva.
Ambas diosas son consideradas manifestaciones del "Ojo de Ra", el cual se manifiesta a través de varias diosas, como Hathor, Sekhmet, Bastet e incluso Tefnut, cada una asumiendo el rol del Ojo de Ra según las circunstancias y necesidades de la divinidad. De este modo, cuando Ra requiere defenderse de amenazas, vengarse o castigar a la humanidad, invoca a su "Ojo" en forma de una diosa poderosa, capaz de desatar su ira en el mundo.
En Menfis, se creía que Sekhmet era también una gran sanadora, y su culto incluía un mito relacionado con la sanación. Se dice que, en tiempos de crisis, hasta siete mil sacerdotes de Sekhmet realizaban rituales de purificación y sanación para restaurar el orden y la salud en el reino.
Aunque no se presenta en un solo mito estructurado, Sekhmet tiene un papel especial en la mitología egipcia como controladora de las plagas y enfermedades. Los egipcios creían que Sekhmet podía enviar enfermedades como castigo divino, pero también era la única capaz de detenerlas si estaba complacida.
En resumen, Sekhmet aparece en mitos que destacan su naturaleza dual y su rol en el equilibrio cósmico, entre destrucción y sanación. Estos mitos muestran la relación que los antiguos egipcios tenían con el poder destructivo de la naturaleza y su necesidad de respetarlo y apaciguarlo.
El aspecto de Sekhmet es imponente y distintivo. Se representa como una mujer con cabeza de leona, un animal que en el antiguo Egipto simbolizaba poder, ferocidad y protección. Lleva un disco solar sobre su cabeza, lo que muestra su conexión directa con Ra. Su piel es de color rojizo, simbolizando el fuego, la sangre y la energía destructiva.
Los extraordinarios poderes de Sekhmet la convirtieron en una de las diosas más temidas y veneradas. Es una guerrera furiosa y despiadada, con el poder de la guerra y la destrucción. Tiene control sobre las plagas y las enfermedades, pero también tiene el poder de la sanación y la medicina. Puede dominar el fuego y el calor del sol.