Adrammelec (Mitología Abrahamica)

Originalmente Adrammelec era un dios del sol en la mitología asiria. Su culto estaba asociado con rituales oscuros, incluido el sacrificio de jóvenes. Se cree que estaba relacionado con el fuego y tenía un carácter feroz y destructor.

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En 2 Reyes 17:31, Adrammelec es mencionado como uno de los dioses adorados por los habitantes de Sefarvaim, quienes ofrecían a sus hijos en sacrificio a él y a otro dios llamado Anammelec.

Por su parte, en la tradición cristiana, Adrammelec se considera un demonio. Una figura intrigante dentro de la demonología y las tradiciones esotéricas medievales.

En la demonología cristiana, Adrammelech es considerado un demonio de alto rango. Diversas fuentes lo mencionan como el "gran canciller del infierno" o presidente del Consejo Supremo de los demonios. Esto sugiere que ocupa una posición importante en la jerarquía infernal, actuando como uno de los consejeros cercanos a Satanás o Lucifer.

Su posición como canciller implica que maneja la administración de los asuntos infernales y coordina las actividades de otros demonios.

Contrario a su original posición como dios del sol, en su aspecto demoníaco, Adrammelech transforma este símbolo divino en una luz falsa o un fuego infernal que engaña a las almas. Personifica la vanidad y el orgullo desmedido, dos vicios considerados particularmente peligrosos en la tradición cristiana.

Como un símbolo de traición y falsedad, representa el acto de elevarse a uno mismo por encima de los demás a través del engaño y el orgullo. Se dice que es el responsable de la corrupción de líderes y de fomentar la soberbia entre los humanos.

El hecho de que esté relacionado con sacrificios oscuros y el fuego puede interpretarse como su influencia sobre actos de desesperación, violencia ritual, y prácticas destructivas que desafían la moral y la ley divina.

Adrammelec es a menudo representado con una apariencia monstruosa, mezcla de características humanas y animales.

Las descripciones varían, pero una de las más comunes lo retrata con el cuerpo de un hombre y la cabeza de un burro o un pavo real. El pavo real, en particular, simboliza la vanidad, el orgullo y la traición, sugiriendo que Adrammelec personifica estos vicios. El burro podría simbolizar la estupidez, pero también podría aludir a su rebeldía contra el orden celestial.

Se cree que Adrammelec tiene el poder de inducir el engaño y la traición, especialmente entre aquellos en posiciones de poder.

Como demonio asociado con la vanidad, es experto en hacer que los humanos caigan en la tentación de la arrogancia y el orgullo, llevándolos a buscar reconocimiento y adulación a cualquier costo. También se dice que fomenta la guerra y la discordia.