Balam es un gran y poderoso Rey del Infierno, aunque otros le otorgan el título de Duque o Príncipe. Es considerado uno de los 7 reyes del infierno y se dice que tiene bajo su poder a 40 legiones de demonios menores. Algunos lo llaman “el oráculo de las sombras”, pues creen que susurra verdades veladas en el lenguaje del cosmos. En su mirada, los futuros se despliegan como un tapiz, donde la oscuridad da origen a la iluminación y la claridad emerge de las profundidades.
En la demonología, Balam se erige como una figura sumamente potente. Con orígenes profundamente enraizados en la historia del conocimiento arcano, sin embargo, su poder y personalidad labran una identidad distinta en el reino infernal. Es mencionado en el Llave menor de Salomón, donde se le describe como uno de los 72 espíritus de Salomón y como un rey grande y terrible que domina a cuarenta legiones de espíritus.
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Desgraciadamente sus raíces no están claras, solo se cree que tiene fuertes similitudes con la mitología del antiguo Cercano Oriente, trazando un paralelo con el dios mesopotámico Bēl, sin embargo, no se puede establecer firmemente ninguna conexión directa, lo que deja el verdadero origen de Balam como un misterio intrigante.
Contrario a su temible aspecto y atemorizante aura, se sabe que Balam posee una disposición cortés. Su profunda sabiduría y astuta percepción le otorgan una extraña habilidad para ver el futuro, lo que lo convirtió en una entidad codiciada por quienes buscaban el conocimiento de la adivinación en épocas pasadas.
Su combinación de poder, sabiduría y la imprevisibilidad le da a Balam un aura de intriga. Ya sea que se le perciba como una fuente de sabiduría o un símbolo de poder primordial, comprender a Balam requiere profundizar en las complejidades de su existencia.
El aspecto de Balam hace honor a su temible reputación. Tiene tres cabezas: una de toro que simboliza la fuerza y la firmeza, una de hombre que denota sabiduría y conocimiento, y una de carnero, un emblema común de liderazgo y determinación. Sus ojos brillan con la furia del fuego, tal vez reflejando su vínculo inherente con este elemento.
Cabalga sobre un oso, el cual es símbolo de poder puro y la fuerza primordial. Por último, lo sigue un azor, un ave famosa por su aguda vista y su destreza en la caza, esta visión de largo alcance representa la capacidad de Balam para ver hacia el futuro.
El poder de Balam se extiende más allá de la fuerza bruta, entrando en el reino de lo invisible. Está asociado con el poder de volverse invisible u oculto, una habilidad que a menudo se interpreta como invisibilidad o encubrimiento.
Este poder podría ser metafórico, apuntando hacia la capacidad de pasar desapercibido, lo que puede ser útil para evitar la confrontación o escapar de una atención no deseada. Aquellos que lo invocan pueden obtener de Balan conocimiento, la habilidad de la profecía y el poder del ingenio.
Duque Infernal.
Los Caballeros del Apocalipsis.
El diablo del Islam.
