Mama Cocha (Mitología Inca)

El culto a Mama Cocha se extendió por gran parte de Sudamérica, se le reverencio desde los actuales territorios de Perú, Ecuador y Colombia, hasta el norte de Chile, donde la pesca es un elemento esencial para la vida y Mama Cocha era quien proveía. Además, también los protegía de los maremotos y las tormentas. Mama Cocha representaba todo lo que era femenino y del mismo modo daba equilibrio a todo el mundo. A menudo también se le identificaba con el agua de la lluvia que cae para fertilizar la tierra. Mama Cocha habitaba el "mundo de arriba", conocido como Hanan Pacha, donde vivía junto a Viracocha, Inti, Mama Quilla, otros dioses y las personas justas, dignas de estar junto a los dioses.

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Cuenta una antigua leyenda inca de zonas donde aún no llegaba la influencia de los otros dioses, que Mama Cocha era hija del sol y la luna, y hermana de Inca, el primer hijo del sol y la luna, era una joven pálida y hermosa, había sido enviada desde el cielo a la tierra para enseñar al hombre a vivir y trabajar en paz y con amor. A su llegada, las personas la reconocieron como su madre protectora y bajo su guía y la de Inca hicieron casas y caminos, templos y fortalezas. Así labraron la tierra, que al poco tiempo dio sus frutos y volvió fuerte al imperio incaico.

Físicamente Mama Cocha era representada como una joven pálida y hermosa, no obstante, se creía en ella como la esencia que habita en todo cuerpo de agua, desde las gotas de lluvia hasta el inmenso mar.

Esta diosa tiene el poder sobre los mares, ríos y lagos, controla las lluvias y las sequías, puede agitar o calmar las aguas, además era proveedora, pues alimentaba las cosechas y suministraba alimento mediante los animales marinos.