Se desconoce la manera en que llego a serlo, pero Mireuk fue el primer gobernante del cosmos.
Mireuk creo a la humanidad y llevo al mundo por un camino de paz y bondad, en lo que fue conocido como la era de la prosperidad.
Desgraciadamente, tras mucho tiempo Seokga emergió nuevamente para desafiar el gobierno de Mireuk y reclamar el dominio sobre la era actual.
Él ya había tenido su turno y ahora había su llegado su momento de gloria.
Sin embargo, Mireuk se resistió a dejar el mundo en manos Seokga, pues conocía bien los planes que tenia para su preciada creación,
corrompería todo lo existente y llevaría el mundo a una época oscura.
Seokga entiende que Mireuk este reacio a dejar su puesto, pero no puede permitir que lo conserve, así que lo desafío.
Los dioses entablaron dos duelos de poder sobre natural. Primero debían congelar un río en pleno verano.
Para el segundo duelo debían golpear una botella de licor tras lanzarla y hacer que el licor flote en el aire incluso cuando la botella se rompe y cae.
Saliendo Mireuk como el vencedor en ambas ocasiones, pero Seokga insistió en otro duelo, el concurso de flores.
Este consistía en una prueba para ver qué dios era capaz de hacer que una flor crezca en su regazo mientras ambos duermen.
Mireuk acepto el reto, después de todo se lo debía, pues era cierto que era turno de Seokga, y al fin y al cabo estaba seguro de que vencería.
Sin embargo, una vez comenzada la prueba Seokga hace trampa al solo fingir estar dormido, abre sus ojos y contempla como a Mireuk le
ha crecido una flor mientras que a él no, así que decide arrancar la flor de Mireuk y colocarla en su propio regazo.
Cuando el pobre Mireuk se despertó, vio con furia que Seokga le había robado su flor e iracundo procedió a predecir que la flor de Seokga se marchitará rápidamente
y que su época estará llena de maldad y sufrimiento:
"Muchos pasarán hambre por falta de qué comer, y muchos andarán desnudos por falta de ropa para vestir.
Habrá mendigos en todos y cada uno de los caminos.
Pasarán los años de hambruna, y cada hogar se llenará de lamentos.
Por todas partes cuando vayan estarán llenos de preocupación".
Habiendo perdido, Mireuk asciende al cielo para convertirse en las esferas celestes, y no juega ningún papel claro en el nuevo orden de Seokga.
Seokga ganó, pero su victoria fue injusta, es por ello que se considera, en este mito, la fuente del mal y del pecado en la humanidad.